Su dimisión como edil de cultura y la aceptación de la misma por parte de la alcaldesa Manuela Carmena han reabierto el debate sobre la libertad de expresión, los límites del humor negro y la importancia de lo que se escribe sin pensar demasiado en las redes sociales. Anoche Carmena acudía a El Objetivo de Ana Pastor, donde reconocía lo que le incomodaba que todo el mundo hubiera adoptado el mítico «Yo soy Charlie Hebdo» tras el atentado a la redacción de la revista francesa, porque decía sentirse «muy distante de un humor que puede producir muertes».
Probablemente tanta razón tengan los que consideren que una persona que ha bromeado en esos términos no puede ser edil de cultura, como los que crean que se está dando demasiada importancia a unos tuits escritos hace 4 años en un contexto muy distinto. Primero #ZapataDimisión era el «trending topic» que molaba en el país, con casi todo el mundo linchando al edil; ahora lo es #ÉlEsZapata, con casi todo el mundo comentando lo exageradamente lejos que se ha llevado una vieja broma.
En cualquier caso y para lo que nos importa, lo cierto es que la vida política de Guillermo Zapata parece haber llegado a su fin, en un tiempo récord de 48 horas. ¿Pero por qué era la concejalía de cultura la que se le había asignado? Guionista de televisión y profesor de guión en diferentes escuelas de cine, Zapata ha sido un personaje bastante conocido en los últimos años por la realización de tres cortos, ‘Lo que tú quieras oír’, ‘Y todo va bien’ y ‘Spot’. Si el último es algo más anecdótico en su crítica exprés y ligerísima de los engaños del mundo de la publicidad, el primero fue un auténtico hit en la red, tras haber sido visto más de 100 millones de veces en Youtube a pesar de estar en castellano, quizá gracias a esa reconstrucción almodovariana de la realidad que esconde su final. El segundo, por su parte, trata con sensibilidad temas como la soledad en medio de la gran ciudad y las redes de ligoteo como escape de una vida que no queremos vivir.
De manera más curiosa todavía, Guillermo Zapata ha sido miembro o colaborador de Ladinamo, Juventud sin Futuro y Patio Maravillas, colaborando incluso con el proyecto musical de Fundación Robo por el que hemos visto pasar a gente como Nacho Vegas, Pauline en la Playa, Triángulo de amor bizarro o Pablo und Destruktion, entre varias decenas. En concreto escribió la letra de este ‘Luego pedirás perdón’ que fue lanzado en 2012. Esto escribió en Facebook
sobre este tema: «Escribí la letra de ‘Luego pedirás perdón’ mientras daba clase de guión en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, en Cuba. La situación era rara y un poco frustrante. Era junio, yo quería estar en Madrid porque, aunque ya se habían levantado las acampadas, el 15M estaba muy presente en la calle. Estaban pasando muchas cosas y yo estaba en una isla, con una conexión a internet terrible que no me permitía seguir los acontecimientos ni participar en nada. En ese momento, los partidos políticos (especialmente el PSOE de Rubalcaba) empezaron a construir su discurso haciendo guiños al movimiento o a los sacrificios necesarios por culpa de la crisis. Todo ello me resultaba dolorosamente hipócrita. No es que antes tuviera una confianza extrema en la clase política, pero esta vez me estaba resultando obsceno. No me creía absolutamente nada de lo que decían y además tenía una sensación de falta de respeto, algo incluso de ataque íntimo, persona a persona. Y supongo que pensé en la clase política como un novio chungo, que te manipula, te maltrata y a la vez te desea, te necesita y te utiliza. Como la canción tardó muchos meses en grabarse (yo no sé nada de música, lo cual no lo puso muy fácil para musicarla) hasta que Joseba Irazoki hizo esta versión, pues el discurso se fue acoplando de las primeras promesas del PSOE a la campaña electoral de noviembre y al propio discurso del PP». Canta efectivamente Joseba Irazoki.De manera más significativa, Zapata ha escrito durante años un blog llamado Crónicas del Hype en el que además de hablar de política y sociedad, ha reflexionado ampliamente sobre la cultura de nuestros tiempos, hablando de cuestiones tan actuales como el crowdfunding y su mercantilización o mencionando a artistas como Ani di Franco, Amy Winehouse, Sex Pistols, The Clash, Álex de la Iglesia, Le Parody, Billy Wilder, Bayona o Amanda Palmer, entre muchísimos otros, para elaborar su discurso. Es curioso por ejemplo, el texto en el que pasa de hablar de Amy Winehouse a Zapatero valiéndose del hashtag «#seveiavenir». En él, hace 4 años, ya reflexionaba sobre el sinsentido de Twitter: «Los mensajes de pérdida, los mensajes de cita y los mensajes de parodia se mezclaban en nuestros timeline. ¿La sensación fue de confusión? ¿De enfado? Quizás cada quién extrajo sus propias conclusiones de la mezcla de inputs, quizás esas impresiones también se volcaron en twitter. No sé lo que quiere decir todo eso».
No voy a ser yo quien ponga los límites al humor negro porque soy fan de Alma X y no tengo ni idea de dónde andan. Tampoco voy a caer en el manido «oh, conoce todos esos grupos, ¡qué enrollado! ¡seguro que no había nadie así en el equipo de Aguirre!», porque de qué sirve que te cultives y te informes si luego no sabes comunicar a la gente que no eres un ogro antisemita. Pero no puedo dejar de apuntar lo irónico de todo esto, de que dediques tu vida a la cultura, mantengas un blog relacionado con ella durante años… para que 140 caracteres soltados tontamente en un momento de relajación se lleven todo por delante. ¿Nadie pondrá límites a esto?