Incluido en ‘Free The Universe’, este tema de aires reggae con la voz del líder de Vampire Weekend podría haber sido un tema a la altura si Diplo no hubiese estado tan pendiente de mirarse el ombligo. Esto ocurría en 2013 y aún tenían que pasar dos años decisivos en la carrera en el productor. La canción cierra esta lista como un buen tema, anecdótico, como ejemplo de lo que podría haber sido y no fue.
Impensable hace unos años, esta colaboración para la banda sonora de ‘Los Juegos Del Hambre’ nos muestra una evolución gigantesca en el sonido de la formación. Muchos hablan de este tema como el germen del que nació el último disco del proyecto, el notable ‘Peace Is The Misssion’, porque aquí Diplo pone su sonido al servicio de una estrella del pop, adaptando sus formas de manera excelente a una Ariana Grande que se mueve como pez en el agua a ritmo de Major Lazer.
Fue el primer éxito de Major Lazer como formación, y aun así nos enteramos de su existencia los cuatro matados de Internet de siempre. Tuvo que llegar Beyoncé para apropiárselo en ‘Run The World (Girls)’ y hasta Puff Daddy en ‘Ass On The Floor’, para darlo a conocer al gran público. Pero es solo una muestra del impacto de la canción: los mash-ups utilizando el tema se cuentan a puñados. Uno de los mejores es este que lo mezcla con el ‘Milkshake’ de Kelis que la propia artista ha utilizado en sus conciertos, precisamente sumado a ‘Holiday’ de Madonna. A eso se le llama premonición.
A pesar de que ya habían colaborado antes, fue el éxito de ‘Paper Planes’ el que puso el nombre de Diplo en el mapa. Antes de que se peleasen y se volviesen a reconciliar, formaban un equipo único que nos dejó dos discos impecables.
Justin Bieber era quien salía mejor parado de esta conjunción de planetas. Por un lado la estrella adolescente en un registro mucho más maduro, por otro el dúo temporal que forman Diplo y Skrillex. El resultado es un tema que se lanzará como segundo sencillo del primer trabajo de Jack Ü y que puede darle otra sorpresa a sus creadores.
La tontería de ser una estrella del reggae le duró a Snoop Dogg lo mismo que un porro, y apenas nadie se acuerda. Su disco iba producido enteramente por Major Lazer e incluía como bonus track este single promocional con sample del clásico ‘Artibella’ de Ken Boothe. El tema pertenece a la rama de contención del productor, en el que deja de lado los excesos y se concentra en ofrecer un buen tema al servicio del capricho pasajero del rapero.
Co-producido junto a Greg Kurstin, el tema es uno de los mejores del último disco de la australiana. Convertida en icónico gracias a su videoclip, tiene aires jamaicanos y percusión pero está todo tan contenido y bien ejecutado que es imposible reprocharle nada. Este tipo de co-producciones le ha sentado de maravilla a Diplo, que ha aprendido a dejar de lado su ego sonoro en favor de la canción.
Como de ‘Pon De Floor’, de este primer tema de la ex Girls Aloud en solitario nos acordamos cuatro. Eso sí, no le quita ser un excelente tema que pilló a todo el mundo desprevenido. Por supuesto, ahora escuchado en la distancia y pasado el hype, había muchas cosas que arreglar en aquella producción que parece devorar a la cantante, pero queda como testigo de uno de los primeros pasos del Diplo que busca integrarse en el mundo del pop.
Entre los últimos coletazos de Switch antes de abandonar la formación, ‘Get Free’ sigue sonando igual de fresca que hace tres años. La misma fórmula es la que repetirá con MØ en ‘Lean On’, un buen tema pop aliñado con un puñado de influencias. Pero en ambos casos lo que queda al final es una oportunidad de oro para su vocalista en un tema de acabado perfecto.
Cuando se publicó, el propio Diplo reconoció que era lo mejor que había hecho en su vida. No le faltaba razón. Este número de contención extrema les sentó a los dos artistas de maravilla. Por un lado, demostró que el productor, aparte de saturar las percusiones, sabía construir ese crescendo perfecto. Por el otro recuperó la credibilidad de un artista que se había dejado llevar en exceso por los dictados comerciales y las modas. La crítica se rindió a sus pies y, aunque no fue el éxito de ventas que merecía, sigue siendo un punto de inflexión en la carrera de Thomas Wesley Pentz.