Jon Hopkins triunfa en Mulafest, el infravalorado miniSónar de Madrid

Además del interesantísimo cartel musical que se ha marcado MULAFEST este año, el festival de cultura urbana de Madrid no ha descuidado en absoluto sus actividades principales. Entre ellas destaca la convención de tatuadores, en la que un cada vez más nutrido grupo de artistas de la tinta se da cita en un único espacio, permitiendo a los interesados acceder a figuras venidas de todas partes del globo. No queda ahí la cosa: la muestra artística toma cada vez más fuerza, entre galeristas y grafiteros; y la propuesta culinaria también se ha visto ampliada con un indiscutible protagonismo de la street food. Además de las ya tradicionales actividades íntimamente relacionadas con el deporte, que van desde exhibiciones acrobáticas de street workout o parkour hasta break dance o partidos de roller derby, que dejarán atónitos a los neófitos en la materia (al tiempo que les hace exclamar algún «¡AU!»). Lolo Rodríguez.

Rhye ofrecieron una de las primeras actuaciones de «la noche» cuando aún era de día. El grupo de Michael Milosh y Robin Hannibal se presentó con un inesperado formato de sexteto, recibiendo vítores del público desde que comenzaron con una intro instrumental en la que su violinista y la chica que tocaba el trombón y el chelo atraparon al público casi simplemente afinando. Fue una pista del concierto sensual que se avecinaba, a veces minimal de más, y al que el público respondió bien, sobre todo si recordamos que la fama y los discos duran hoy 15 días y ya hace dos años que publicaron su debut. Hasta sorprende que después de tanto tiempo ‘The Fall’ y ‘Open’ fueran recibidas como los hits que en su momento debieron ser, pero así fue, dejando por el camino minutos un poco más disco, bailables y largos instrumentales, que el público también celebró. Michael Milosh, que tocó una segunda batería de pie, se mostró preocupado por el sonido y cercano, entre ritmos R&B y referencias a Sade. Y bueno, finalmente pudimos comprobar que en Rhye no, no canta una mujer.

El gran triunfador de la noche fue Jon Hopkins, con un perfecto equilibrio entre sensibilidad y macarreo en una suerte de sesión con proyecciones que nunca cayó en la desesperación de un Skrillex. Sus «drops» pudieron presumir de elegancia y saber hacer cuando abandonó el piano y la sutileza de sus inicios en favor de la diversión que el público ya iba pidiendo hacia las 23.00. Su set fue evolucionando de una banda sonora casi próxima a Mike Oldfield o incluso M83, hacia la experimentación de unos Fuck Buttons, mientras las imágenes proyectadas iban de lo claustrofóbico a lo urbano pasando por desolados paisajes montañosos y las típicas figuras geométricas manidas pero efectivas. La noticia es que no necesitaba nada de esto porque con la música se bastaba y simplemente verle tocando era todo un espectáculo.

Después de un show tan visual el set de John Talabot quedó un poco deslucido: quizá se debería haber invertido el orden de presentación. Su sesión, más minimalista, habría funcionado mejor cuando aún quedaba alguna luz del día anterior o cuando asomaba la del siguiente. Entre medias además habíamos oído la mucho más bruta sesión de Atica sustituyendo a Klangkarussell, que se había cancelado. Y eso que pincharon mientras cenaba era la versión de David Guetta de Nancy Sinatra, ¿verdad? No digo más. De todas formas, no hay que menospreciar las machaconas y repetitivas bases de house de Talabot y el público alucinó cuando sonó la voz de su amiga Romy xx.

2manydj’s comenzaron con el mismo problema de sonido con el que terminó John Talabot (como si estuvieran pinchando con la aguja del plato sucia, cuando no era el caso, quizá por algún ajuste de volumen) que enseguida se resolvió. Sus mash-ups continúan funcionando como el primer día, con guiños de un minuto y nada más a cosas tan distintas como Chimo Bayo, Giorgio Moroder, New Order, Technotronic, MGMT o los Smiths para cerrar («Bigmouth»). No fue un hit after hit sino más bien un «hit after no hit», pues también pincharon cosas más raras, pero no decepcionaron. La noche se cerró a las 6 de la mañana con Optimo [Espacio], que para mi alegría y como 2manydj’s, también pincharon Hot Chip.

Una gran noche que disfrutaron miles de personas y a la que sólo se me ocurre poner una crítica: el raruno chequeo de pulseras que realiza la organización entre el escenario principal y el segundo, entorpeciendo el acceso a uno de los baños y la diversión. Eso sí, lo de tener arena de playa en ese segundo, el Escenario Coca-Cola, es la ideaza. Larga vida a Mulafest, que celebra hoy una nueva jornada con actuaciones de SOPHIE, Hudson Mohawke, Is Tropical, Evian Christ o Mount Kimbie: ¡el miniSónar de Madrid! Sebas E. Alonso.

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JNSP