Cerveza en mano, descalza y vestida tan cómodamente que parecía que venía de su casa, Tove Lo salió al escenario, inexplicablemente media hora después de lo esperado, a ritmo de ‘My Gun’, tan buena que nada más empezar ya nadie se acordaba de esos treinta minutos de retraso (también porque eran las dos de la madrugada). Le siguió ‘Not On Drugs’, de actuación marcada por los extraños bailoteos de Nilsson, que en su afán expresivo parecían sacados por momentos del repertorio de Chiquito. La presencia escénica de la sueca, ciertamente, fue mejorable.
El ritmo no decayó en ningún momento gracias a la consistencia del repertorio de Nilsson, que acostumbrada a escribir para otras personas, desde luego ha sabido hacerse un disco, ‘Queen of the Clouds
‘, sólido donde singles y no singles concuerdan en calidad. El directo por supuesto no le hizo ningún favor a la sofisticación de su sonido pero demostró que las melodías están ahí, y temas tan poco conocidos para el público general como ‘A Thousand Miles’ resistieron dignamente frente a éxitos como ‘Talking Body’ o la misma ‘Habits’, que entre oceános de teléfonos móviles fueron por supuesto las canciones más coreadas del set.Antes de cerrar con ‘Timebomb’, efectiva en directo como ninguna otra canción de su repertorio, Tove Lo se ventiló temas como ‘Got Love’, ‘Moments’ o la divertida ‘Like ‘Em Young’ con confianza pero no poderío. La actuación desnuda de ‘This Time Around’, por otro lado, conformó el momento de más belleza del concierto, mientras ‘Run On Love’ fue un todo un rompepistas. Entretenido y eufórico concierto, pues, del que solo podemos objetar una presencia escénica aún poco convincente. Pero las canciones no faltaron, que es lo más importante.
Fotos: Ester Domínguez Vizcaíno