Future Islands se meriendan a Mumford & Sons en BBK Live

El BBK Live lleva prácticamente una semana celebrando su décimo aniversario con distintas actividades en Bilbao, pero fue ayer cuando comenzó el festival propiamente dicho. Un festival que en estos diez años ha hecho gala de una falta de prejuicios -falta de definición para algunos- que le ha llevado a programar propuestas de los más variopinto. Lo mismo presentan a Radiohead como cabeza de cartel que a ZZ Top; a Metallica que a los rompebragas de 30 Seconds to Mars; a Fito y los Fitipaldis que a Hercules and the Love Affair. Todo ello consiguiendo cada año más ventas hasta llegar al éxito absoluto de estas dos últimas ediciones, en las que han vendido todos los abonos y prácticamente todas las entradas.

La de ayer se presentaba como la jornada más interesante. Capital Cities, Disclosure, Future Islands, Of Montreal y Black Rebel Motorcycle Club compartían cartel con Mumford & Sons (!), Dover (!!) o Counting Crows (!!!). Para el décimo aniversario, la organización ha decidido llevar lo de la heterogeneidad a unos niveles nunca antes vistos.

Of Montreal siempre se han caracterizado por ofrecer conciertos divertidos, frescos y capaces de retener a los asistentes que pasan por ahí y que no conocen su obra. Ayer debían de tener el día tonto porque durante los 20 primeros minutos aquello pareció un ensayo. Kevin Barnes -ese especie de Jim Carrey imitando a Genis Segarra- hizo lo que pudo pero ya era demasiado tarde para captar la atención de la gente. Aun así, el show sirvió para demostrar que su último disco no es tan malo como nos lo quisieron vender. El ‘Empyrean Abattoir’ sonó a las mil maravillas con ese «masturbating your father’s pain».

A Black Rebel Motorcycle Club le pasó otro tanto en el Escenario Heineken: no conectaron con el público. Sonaron estupendamente y demostraron que su discografía es bastante notable, pero si una banda no consigue la atención de la audiencia ni con ‘Rival’ ni con ‘Whatever Happened to my Rock ‘n’ roll’ es que algo está pasando. Se llama elegir mal el horario y el escenario. Mismo concierto a las 2 de la mañana en la carpa y estaríamos hablando de los triunfadores del día.

Future Islands, en cambio, se mearon encima de todos los elementos en contra y se proclamaron, junto con Capital Cities, los vencedores de la jornada. ‘Singles‘ es tan bueno que aunque saliesen a tocarlo los putos SuperSingles el asunto seguiría molando hasta el infinito. Con la calidad de los temas y el sonido cristalino que ofrecieron, ni siquiera la intensidad mal entendida de Samuel T. Herring -luego os quejáis de lo «intensito» que estaba Matthew Mcconaughey en ‘True Detective‘ o Gillian Anderson en ‘The Fall’- afeó el espectáculo. Admito, eso sí, que el baile de la «culebrilla en barra americana» fue gracioso las 7 primeras veces. Mirarse la mano con mucha intensidad como si estuvieras a punto de recitar a Shakespeare pues va a ser que no. ‘A song for our Grandfathers’, ‘Spirit’, ‘Sun in the morning’, ‘Seasons (Waiting on you)’, ‘The Chase’ o ‘Walking Trough that door’ fueron perfectas. Aquí sí, los asistentes recibieron la propuesta con los brazos abiertos y sin rechistar.

Pongamos las cosas claras, ‘August and Everything After’ tenía auténticas perlas: ‘Omaha’, el ‘Round Here’ con el que abrieron ayer en Bilbao, ‘Perfect Blue Buildings’, ‘Time and Time Again’, ‘Raing King’ y, sobre todo, ‘A murder of One’. A pesar de la grima que daba ver a Adam Durtiz enfundado en una camiseta dos tallas más pequeña de las New York Dolls, los Counting Crows

supieron hacer valer su repertorio. Lástima que la gente que llenó el Escenario Heineken sólo estuviese dispuesta a entonar el «sha la la» más irritante de los 90 que llegó a las primeras de cambio. El resto fue un constante intentar oír a la banda por encima del ruido de conversaciones estúpidas y gritos de «estamos al lado de la barra, espera que levanto el móvil».

Visto lo visto anoche, Mumford & Sons van a tardar lo que tardo yo en comerme una pizza en volver a ese country deslavado que les llevó a triunfar en la lista de ventas. El ninguneo absoluto del público cada vez que tocaban un tema de su último trabajo y el engorilamiento máximo con ‘I Will Wait’ o ‘Little Lion Man’ así lo demuestran. El show, tremendamente irregular, sirvió para que Marcus Mumford se ganase unos cuantos abucheos al preguntar si la gente prefería el español o el vasco a la hora de decir las 2 tonterías de siempre. El chaval también nos dejó un momento de vergüenza ajena cuando le dio por dar patadas a la batería.

Tras los cabezas de cartel, el público se dividió haciendo que el salto generacional cobrase protagonismo. Los nacionales mayores de 30 se dirigieron a abarrotar la carpa en la que Dover volvió a recuperar sus temas más antiguos con un sing along en ‘Serenade’ que dudo mucho hayan visto alguna vez en su trayectoria. La banda de las hermanas Llanos es un poco como las películas de Whoopi Goldberg. Te tumbas en el sofá a echarte la siesta, pones la tele para que el ruido te ayude a dormirte y ves que están dando ‘Sister Act’. Lógicamente la ves entera sorprendiéndote de lo buena que es pero olvidándote de ella a los 5 minutos. Ahora, también os digo que ‘Flashback’, ‘Cherry Lee’ y ‘King George’ son como las escenas de Whoopi Goldberg en ‘Ghost’. Casi perfectas.

Mientras que los que crecieron con las canciones de los anuncios de Pepsi lo daban todo, el sector más joven presenció cómo Capital Cities se cascaron el concierto más divertido de la jornada. Una versión del ‘Holiday’ de Madonna, otra del ‘Nothing compares 2-U’, ‘Kangaroo Court’, ‘I sold my bed, but not my stereo’ y el pepino de ‘Safe and Sound’ sirvieron para constatar que una trompeta siempre viene bien. También quedó claro que «one hit wonder» mi rabo. Vale que fue un poco raro ese cierre con el Cash Cash edit del ‘Safe and Sound’ en playback con el que nos pedían que nos quitásemos la ropa (sic) pero, chavales, ‘In a tidal wave of mistery’ no se lo salta un gitano.

Poco después de que Nueva Vulcano agradecieran a la organización haberles dejado tocar en un autobús al lado de los urinarios oliendo a pis, Disclosure aparecieron en el escenario principal con un montaje apabullante -el único del día- y decidieron empezar a lo grande con ‘White Noise’ mezclada con ‘F for you’ seguida de un tema nuevo que se truncó a la mitad porque se quedaron sin sonido. Tras 15 minutos -en los que la organización no usó las nuevas tecnologías disponibles para informar si iba para largo o si era cuestión de poco tiempo-, los británicos volvieron a aparecer olvidándose de retomar la canción y pasando a la siguiente. La colección de hits del dúo es tal que ni las logradísimas proyecciones lograron quitarles protagonismo. Al loro con los temas nuevos porque pintan fenomenal.

Fotos: MusicSnapper (Disclosure, Capital Cities, Mumford & Sons), RhythmAndPhotos (Dover, Future Islands, BRMC)

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Publicado por
Nicolás del Moral