Entre sus discos más importantes desde que debutara con ‘Valle de lágrimas’ en 1980 destacó ‘La mandrágora’ junto a Alberto Pérez y Joaquín Sabina un año después. Llegó a editar 15 álbumes y fundó un sello llamado 18 Chulos junto a El Gran Wyoming, Pablo Carbonell o Faemino.
Aunque nunca fue un superventas tamaño Sabina, sí era uno de los cantautores más queridos y la opinión pública se volcó con él durante una polémica reciente tras la emisión de su corto ‘Cómo cocinar un crucifijo’ en Canal Plus en 2004 (décadas después de su rodaje). Estuvo a punto de ser condenado por un delito de odio religioso, pero finalmente fue absuelto.