‘Fear The Walking Dead’: la precuela que no lo es

Tras cinco temporadas, la cota de éxito que ha alcanzado ‘The Walking Dead’ es absolutamente rompedora. Crítica y público parecen estar de acuerdo en que estamos ante una serie que es ya un clásico del género. Con eso por delante, no se puede culpar a la AMC ni al creador de la serie, Robert Kirkman, de querer sacar el máximo provecho posible a la franquicia. Así es como hemos pasado de una sexta temporada que los fans esperamos con pasión (no queda nada, ¡vuelve en octubre!) a un pasaje del terror (el Parque de Atracciones de Madrid inauguraba hace poco ‘The Walking Dead Experience’, con el aval de la cadena norteamericana) y a ‘Fear The Walking Dead’, una precuela que no es una precuela pero que sí es una precuela; un spin-off que no es un spin-off pero que sí es un spin-off.

Que nadie se lleve a error: la nueva serie de la AMC, que viene otra vez de la mano de Robert Kirkman, quien no suelta nada que huela a zombi no sea que pierda la oportunidad de ganar otros cuatro dólares; viene a contar la historia de cómo el mundo se fue a pique, de cómo se desarrolló el apocalipsis zombi que tiene lugar justo antes de que Rick Grimes se despierte en un solitario hospital sin saber qué demonios ha sucedido en los últimos… ¿días? ¿meses? Pero a pesar de que la historia sea, oficialmente, anterior a lo que sucede en ‘The Walking Dead’, este nuevo producto se localiza en otra ciudad y tiene como protagonistas a personajes totalmente diferentes, que no tienen conexión ninguna con los de su hermana mayor. Es por eso que no se puede hablar ni de precuela ni de spin-off de forma propiamente dicha, a pesar de que la serie comparta claramente el universo que Kirkman y Darabont (hoy ya fuera del proyecto

) crearon para su producción estrella.

Siendo (digna) sucesora hay que decir que ‘Fear The Walking Dead’ también hereda algunos de los tics de su predecesora. Para muchos, ‘The Walking Dead’ es experta en no contar nada, en rellenar capítulos y temporadas con historias a priori irrelevantes, pero que consiguen mantener la expectación del espectador de una manera fascinante. Sus continuos cambios en la línea narrativa, temporal y argumental te hacen temer el peor de los desenlaces a cada paso que dan los seguidores de Grimes, y terminas tragándote un episodio que podrías resumir en dos minutos. Parece que este es el ejemplo a seguir de Kirkman en ‘Fear The Walking Dead’, y para los que tienen sus reticencias, hay que decir que de momento lo lleva bien.

Porque aun así es palpable la sensación de que estamos ante el comienzo de una gran serie, con la oportunidad de desmarcarse de la trama de ‘The Walking Dead’, convertida ya en un apasionante (sí, apasionante) ensayo sobre la capacidad de supervivencia de los humanos y los niveles de tolerancia a la violencia y al fundamentalismo capaces de soportar un grupo ante una intensa situación de estrés. Es por eso que deseosos estamos de que ahora desde Los Ángeles, alguien nos cuente qué es este extraño virus que causa que la gente se despierte con hambre caníbal una vez muerta, de dónde ha salido y cómo es posible que toda la población sea portadora. Si, por la contra, ‘Fear The Walking Dead’ se contagia de su antecesora y cuenta poco, esperamos que al menos lo haga con la misma tensión, porque eso es -precisamente- lo que nos provoca altas dosis de adicción.

Calificación: 7/10
Destacamos: la trama del hijo drogadicto tiene mucho potencial para desatar un 100% de cansinismo. Ojocuidao.
Te gustará si te gustan: las series de zombis.
Predictor: de momento ha firmado por dos temporadas (la primera de seis episodios, la segunda de quince), pero con el fervor zombi que hay ahora mismo… ¡quién sabe! Destacar también que la AMC española está emitiendo esta serie al mismo tiempo que en EEUU. ¡Por fin!

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Publicado por
Lolo Rodríguez