En esta segunda y última jornada del festival, los gibraltareños disfrutaron de la víspera de festivo. Quizá parezca un poco peculiar hacer un festival un sábado y un domingo pero el verdadero motivo es que ayer, lunes, se celebraba su día libre nacional. Así, esta particular población pudo disfrutar a gusto de su festival a lo 40 Principales británico.
Si el sábado los protagonistas fueron Duran Duran, Tom Odell y las pseudo-ratchets Little Mix, el domingo lo más ansiado y esperado por el público fueron Kings Of Leon y Madness.
La británica y jovencísima Rae Morris comenzó la tarde en el escenario principal. Con tan sólo 23 años y un aspecto muy dulce, entre una Lorde castaña sin maquillar y una Kate Bush todavía por madurar, Morris deslumbró por su simpatía y desparpajo. Vestida con un mono color terracota años 70 que le quedaba un poco grande, encandiló al público, aún no muy numeroso pero sí muy entregado, gracias a su potente voz, su humildad y su cercanía. A comienzos de este año publicó su primer disco, ‘Unguarded‘, que ya le ha dado el estatus de joven promesa. Hay que tener en mente que su juventud es un arma de doble filo, pues a sus 23 años ya ha colaborado con músicos como Fryars, Tom Odell, Clean Bandit o Bombay Bicycle Club y lleva desde los 17 en el mundo de la música, así que todavía no se sabe si va a convertirse en un prodigio de la música y el talento británicos o se le van a cruzar los cables y se va a convertir en una diva insoportable. En su directo sonaron canciones como ‘Under The Shadows’, ‘Up Again’ (su tema para el disco de Clean Bandit) y ‘Love Again’. Por cierto, detalle importante para los curiosos: es mucho más guapa en persona que en las fotografías.
Tras Rae tocaron los archiconocidos (en España, claro) Supersubmarina. Lo divertido de esto es que, al ser un festival británico en el que la mayoría de los asistentes son de Reino Unido y sólo quieren disfrutar por y para su música, el concierto de los andaluces estaba bastante vacío. Curioso ver cómo sólo a medio kilómetro de España, son un grupo de jóvenes casi anónimo.
Kaiser Chiefs y Madness se solaparon: se pudo ver a los ya un poco fatigados y hastiados Kaiser Chiefs en el escenario principal y, en el pequeño, a Madness. Aunque tengan un gran rodaje y diez años de giras por todo el mundo, quizá el indie/pop/rock de los Kaiser esté un poco desgastado de más. Con un discurso y un setlist similares al de conciertos como el del pasado FIB, su ímpetu y ánimo parecían algo quemados. ‘Modern Way’, ‘I Predict A Riot’ y ‘Ruby’ sonaron más aburridas que de costumbre.
El concierto más esperado y ansiado (para los melómanos un poco más refinados, claro) fue el de los míticos e icónicos Madness. Grupo de referencia donde los haya, su directo fue, sin duda alguna, el mejor del festival. Entre su público había desde jóvenes adolescentes de dieciséis años que creían que estaban en Coachella y por eso se podían permitir llevar una corona de flores en la cabeza, a matrimonios de cincuenta años rememorando su juventud. Eso sí, a pesar de tan variopinto público, tanto las teens como los más adultos se sabían casi todos sus hits. Tocaron veinte canciones a lo largo de casi una hora y media, y ‘The Prince’, ‘My Girl’, ‘My Girl 2’, ‘Bed & Breakfast Man’, ‘House Of Fun’ o las míticas ‘One Step Beyond’, ‘Our House’ o ‘It Must Be Love’ fueron cantadas, bailadas y grabadas por el público. Lo más curioso del concierto, además de su gran sentido del humor y su constante interactuación con el público, fue que dijeron que querían terminar el concierto para irse a ver a los Kings Of Leon (no sabemos si irónicamente o no) y uno de los miembros del grupo se puso a cantar a pleno pulmón ‘Livin’ On A Prayer’ de Bon Jovi. Un gracioso sinsentido.
Al final, Gibraltar Music Festival es recomendable por varios motivos. El primero de ellos la extraña localización: un campo de fútbol detrás de una pista de aterrizaje (de vez en cuando estás viendo un concierto y hay un vuelo despegando). Lo segundo, la gente: desde andaluces de toda la vida hasta saudíes haciendo negocios multimillonarios en la zona VIP VIP, pasando por británicos pelirrojos con pecas que cuando abren la boca te sueltan algo en andaluz cerrado. Y por último y quizá lo más importante, ayuda a entender cómo entienden y viven la música los británicos… en medio de Andalucía.
Fotos: Photo GMF / DM Parody.