El hecho de que el disco se componga de solo dos pistas de 20 minutos cada una no impide que el viaje emprendido por Four Tet esté lleno de recovecos. Al contrario, a pesar de la obviedad de los títulos de estas composiciones, simplemente «Morning» para la cara A del vinilo y «Evening» para la cara B, son muchos los entresijos que esconden. Las interpretaciones son libres, pero no hay que ser un lince para imaginar que la euforia (ante un nuevo día), la espiritualidad (en la búsqueda de la felicidad) o la añoranza (¿del ayer?) son algunas de las sensaciones que nos deja ese ‘Morning’ que va rebajando su marcha en sus cinco minutos finales.
Como emergiendo de una siesta (¿será entre nubes o entre tinieblas?), ‘Evening’ pasa a lo largo de su minutaje de lo acuoso y experimental a lo rítmico, terminando tan arriba como un anochecer de verano en la terraza de Berghain… después de haber despertado de la inconsciencia y cerrando un círculo perfecto. Emerge el techno para asistir a Four Tet en el terreno que mejor domina, pero lo mejor son los territorios de synth-pop experimental o folclóricos que Four Tet ha utilizado por el camino. El artista ha sabido crear una obra innovadora y rica buceando en su propio pasado. Sus abuelos estarían bien orgullosos.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: el arranque de ‘Morning Side’ y el desenlace de ‘Evening Side’
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