Tan «inquebrantable» como siempre, pues, sigue Janet Jackson en su nuevo disco, el primero desde la muerte de su hermano, Michael Jackson, en el verano de 2009. Para él ha vuelto a contar con Jimmy Jam y Terry Lewis, sus productores de toda la vida y que no trabajaban con Janet desde la publicación de su noveno álbum de estudio, ’20 Y.O.’, en 2006, así como con el productor Dwayne «Dem Jointz» Abernathy (Rihanna, Christina Aguilera, Brandy) y con la obligada colaboración de dos raperos, en este caso, Missy Elliott, que ya apareció en uno de los cortes de ‘Discipline’, y J. Cole, de moda actualmente en EE UU gracias al éxito de su último álbum, ‘2014 Forest Hillsdrive’. Además, Janet es otra vez autora o co-autora de estas nuevas canciones, algo que no ocurría, de nuevo, desde ’20 Y.O.’.
Mirando atrás, ‘Unbreakable’ era la gran oportunidad de Janet Jackson, no solo de recuperar el interés de un público alternativo a su base de fans, sino también de reafirmar su posición en la industria del pop como una de sus figuras más progresivas e influyentes, específicamente en el ámbito del R&B contemporáneo. No en vano, decenas y decenas de artistas la han mencionado entre sus mayores inspiraciones en los últimos años, desde Kanye West a Tinashe (que la sampleaba en su álbum debut) pasando por How to Dress Well, Natalie Prass o incluso Deerhoof. Como es obvio, no solo el «mainstream» se ha nutrido de su trabajo; también la escena alternativa lo ha hecho e incluso Pitchfork decidía dedicarle un «Best New Music» por ‘No Sleeep‘ por primera vez en su vida.
Al contrario de lo deseado, sin embargo, Janet opta en ‘Unbreakable’ por lo seguro, esto es, por aunar en él todos o casi todos los sonidos con los que ha experimentado en el pasado y ofrecer así un producto que trata de modernizar o, como mínimo, de actualizar a la Janet que ya conocemos (ella canta en ‘Shoulda Known Better’ que tuvo una epifanía llamada ‘Rhythm Nation’ y que «tenía que haberlo pensado mejor»… ¿nos querrá decir que es la cumbre inalcanzable de su carrera?). Desde el house (‘Night’) al hip-hop (‘2 B Loved’) pasando por el jazz vocal brasileño (‘Promise’), el rock (‘Take Me Away’) o la balada a piano ñoña (‘After You Fall’), ‘Unbreakable’ presenta a una Janet que sabe muy bien cómo complacer (también en letras del tipo «voy a comerme el mundo» o «los críticos pueden decir misa») y es, a todas luces, un disco para fans, de distintos estilos bien atados, no obstante, pero para fans al fin y al cabo, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva.
Por si no había quedado claro, no, ‘Unbreakable’ no es el ‘Rhythm Nation 1814’ que esperábamos por mucho que Janet misma anuncie las caras A y B como si fuese un vinilo. Más bien, es todos los discos de Janet aglutinados en uno solo, hasta el punto de que, cuando suena a la Janet más actual, sigue recordándonos a su último disco, como en la potente ‘Burnitup!‘ junto a Missy Elliott. Como de costumbre, destaca la Janet más delicada en el sofisticado disco-funk de ‘Broken Hearts Heal’, un número de envolventes autocoros y «grooves»; en la ingrávida balada con cuerdas ‘After You Fall’, en la línea de ‘Everytime’ y ‘Again’; o, por supuesto, en el «quiet storm» de ‘Lessons Learned’, que suena rescatada de los 80, y ‘No Sleeep’, ya un pequeño clásico en su repertorio de canciones R&B lentas con lluvia de fondo (se podría hacer una «playlist» de tantas que tiene).
Entre otros números menos inspirados como el medio tiempo en modo rascacielos de ‘Shoulda Known Better’, que parece una canción de Take That, o ese escarceo country que es ‘Well Traveled’, encontramos en ‘Unbreakable’ otros absolutamente nada desdeñables como ‘Dammn Baby’, un frenético rompepistas urban que se desarrolla hacia un «Minneapolis sound» muy retro y, por lo tanto, muy oportuno ahora mismo; el elegante corte R&B de espíritu social ‘Black Eagle’, que resuelve las cuestionables aptitudes poéticas de su letra con una producción exquisita; o, en especial, ‘Night’, un espléndido himno de house clásico que nos devuelve a la Janet con más posibilidades de trascender a su público habitual que nunca. ¿Por qué no ha sido el primer single?
Mucho menos sexual que en discos previos (¿tendrá algo que ver la reciente conversión de Janet al islam?), ‘Unbreakable’ es el regreso de la mejor y peor Janet en varios sentidos. Cuando cumple lo hace a lo grande (‘No Sleeep’), cuando aburre también (‘Well Traveled’), y cuando experimenta convence unas veces (el electrizante funk psicodélico de ‘Gonna Be Alright’) y otras no tanto (el conformista soul-pop de ‘The Great Forever’). Al final, la sensación que da ‘Unbreakable’ es de ser un trabajo que arriesga lo justo pero que logra encajar a Janet en el ecosistema del pop actual gracias a varias decisiones artísticas de lo más acertadas. No sé si podemos pedir mucho más. Al fin y al cabo, esto no es otra cosa que la Janet de siempre. ¿No es eso lo que anhelábamos realmente?
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘No Sleeep’, ‘Unbreakable’, ‘Burnitup!’, ‘Broken Hearts Heal’, ‘Night’
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