Tigres Leones / La Catastrofía

Tigres Leones. ¿Cómo mola el nombre de este grupo, verdad? En la portada de su nuevo disco, un tigre y un león haciendo «wrestling». En la contraportada, el desenlace de la lucha entre el tigre y el león. En la galleta de la cara A del vinilo, un tigre. En la galleta de la cara B, un león. Tigres y leones. Leones y tigres. Pero las cosas no siempre son tan fáciles en el mundo de Javier Marzal, Luismi Pérez y Paco Ramírez. Su sonido sí puede rondar el esperable pop-rock underground con retazos de garage, psicodelia y power-pop, que lo mismo se acerca a Kakadeluxe y a los Pegamoides que a Patrullero Mancuso o Garzón/Grande-Marlaska. Nada nuevo bajo el sol. Ni siquiera lo que molan sus canciones cuanto más se aproximan al folclore nacional (inicio de ‘Diez formas de matar el miedo’) o a Los Brincos de ‘Bye, Bye, Chiquilla’, como sucede en ‘Vladímir (no da igual)’ o ‘Haz el Raskolnikov’, un «homenaje» al personaje principal de ‘Crimen y castigo’.

Pero donde Tigres Leones marcan la diferencia de verdad, como en otro estilo Triángulo de amor bizarro, es en la desconcertante creación de imágenes que presentan sus letras, lo suficientemente claras en algunos de sus puntos como para introducir al oyente en las mismas, lo suficientemente surrealistas como para albergar una intriga que deje puertas abiertas para futuras interpretaciones y nuevas visitas. Un ejemplo nítido sería el single de presentación. En su aproximación al pop más inmediato, el grupo ha logrado lo más parecido a un viral que puede lograr una banda underground. El vídeo de ‘Marte’ superará las 100.000 visitas en Youtube, no por los estupendos coros de La Bien Querida, sino por su ya mítica parodia del anuncio de Mahou. La canción acompaña y presenta uno de sus estribillos más certeros («Hoy en Marte hace un día abrasador (…) / hoy en Marte sólo estamos tú y yo»). Sin embargo, no estamos ante la típica canción-refugio frente a un mundo hostil, sino ante algo más complejo, lleno de aristas: «el viento me empuja hacia ese barranco tan extraño / caigo sin parar, allí abajo mis ojos estallarán».

Las imágenes incendiarias, violentas, son las más llamativas, si bien suelen ir acompañadas de vulnerabilidad. ‘Vladímir’ lo mismo nos dice «he visto gente muerta / he trabajado por la sociedad» o «ha matado a su familia / tiene miedo de la soledad» que «los soldados quieren morirse / cerca de alguien que los cuide / les asustan las avispas / y el sol les pone tristes». ‘Postales’ alterna naranjas asesinas con referencias sexuales («en tu vientre paso el tiempo / y no me van a echar»). Y ‘Fiesta’ puede resumir esta dicotomía en una frase: «mata a los deportistas, luego hazles el amor».

Todo esto, alternado con temas con vocación tan pop como ‘Buenos días’, la metapopera ‘Hablan sobre mí’ con su divertida referencia a Ramoncín, la casi country ‘Diez formas de matar el miedo’ y un final que apunta bien alto con el petardazo ya conocido ‘España muerde’ y ‘Evacuad Madrid’ con Javier Molina de Juventud Juché, componen un buen nuevo disco que confirma a Tigres Leones tras ‘Mucho Spirito‘. Puede que ese «Salid de aquí / se acerca el fin / vais a morir / evacuad Madrid / marchaos a París / vivid en Reikiavik / viajad hasta Pekín / bombardead Berlín» con que se cierra ‘La catastrofía’ no llegue en el momento más adecuado, pero la locución españoleta que suena inmediatamente después es delirante. Si de verdad vamos a morir, que por lo menos sea partiéndonos la caja.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Marte’, ‘España muerde’, ‘Buenos días’, ‘Diez formas de matar el miedo’
Te gustará si te gustan: Los Nikis, Los Brincos, Juanita y los Feos, Los Punsetes
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Sebas E. Alonso