¿Pero quién es, exactamente, Diane Warren? Compositora en la sombra (más o menos) de, sobre todo, canciones románticas para iconos como Barbra Streisand, Céline Dion, The Scorpions, Whitney Houston, Aerosmith, Mariah Carey o Toni Braxton, a quien dio ‘Un-break My Heart’, a día de hoy su canción insignia, Diane Warren representa para mucha gente lo más casposo que ha dado el pop en los últimas tres décadas. Susceptible siempre de ser pinchada en radios del tipo Kiss.FM por sus letras cursis, melodías ñoñas y ritmos con el «reverb» más enlatado que un disco de Phill Collins o Laura Pausini, sin duda Warren ha sido capaz de lo mejor y lo peor durante su dilatada carrera como compositora para las estrellas. De hecho, Warren cuenta decenas y decenas de éxitos, numerosos premios importantes, entre ellos un Grammy y un Globo de Oro, y la reputación de un currículum brillante, pero nunca ha sido ejemplo de buen gusto para nadie y por supuesto en Pitchfork, por poner el ejemplo más obvio, solo tienen cosas malas que decir de ella… cuando les da por mencionarla en algún artículo, que es muy pocas veces.
El problema de Warren, de hecho, no son sus melodías, muchas de ellas impecables, asombrosas, sino la producción de baratillo con las que siempre las ha envuelto y que son capaces de hacer sonar a una obra maestra de la melodía pop como si fuera una vulgar canción de karaoke nocturno (sus letras de amor de la complejidad de una ameba tampoco ayudan, pero esa es otra historia). Un poco como Babyface, la compositora escribe melodías sofisticadas, repletas de modulaciones interesantes, pero sus producciones, que Warren deja en manos de otras personas porque ella, para bien o para mal, no es productora, lejos de acompañar a sus melodías en elegancia, son sencillamente nefastas. Evidentemente, las melodías perfectas de Warren no necesitan arquitecturas particularmente exquisitas a su alrededor, pero nada explica que, por ejemplo, ‘Only Love Can Hurt Like This’ de Paloma Faith tenga una producción tan espectacular, con esos vientos metal que brillan nítida y vigorosamente sin obstruir ni melodía ni interpretación, y que luego ‘Because You Loved Me’ de Céline Dion suene tan blanda, melosa y anticuada desde el día que salió. De hecho, cabe recordar que Phil Spector estuvo a punto de producir esta canción, así como el disco que la incluye, ‘Falling Into You’, antes de abandonar el proyecto por diferencias con el equipo de la cantante. Los resultados hubieran sido bien distintos.
Si escuchamos hoy las mejores canciones de Warren, que son innumerables (destaca ‘There You’ll Be’ de Faith Hill, probablemente su mejor canción), notaremos que sus producciones son, con poquísimas excepciones, insípidas y de un rancio que tira para atrás. Algunos ejemplos son ‘I Don’t Want to Miss a Thing’ de Aerosmith, ‘Can’t Fight the Moonlight’ de LeAnn Rimes, ‘I Turn to You’ de Christina Aguilera, ‘Have You Ever?’ de Brandy, ‘If I Could Turn Back Time’ de Cher (que esta odiaba con todas sus fuerzas, por cierto), ‘Un-break My Heart’ de Toni Braxton o ‘I Learned From the Best’ de Whitney Houston, grandes canciones cuya producción, no obstante, parece negarse a avanzar en el tiempo, optando por estancarse en lo anticuado de sus cajas de ritmo y sintetizadores y en lo empalagoso de sus paisajes pulidos al máximo. El culpable de muchas de estas producciones, David Foster, duerme hoy encima de sus millones, pero nada impide que sigamos lamentando su absoluta falta de gusto a la hora de vestir las grandes melodías de Warren en producciones que definen el sonido más diabético de los últimos treinta años. Es lo que tiene la modernidad, que se hace vieja muy rápido.
No todo lo que ha escrito Warren es digno de mención, ojo, pues entre obras maestras tipo ‘Because You Loved Me’ siempre se cuelan canciones de una mediocridad portentosa. Entre ellas, cómo olvidar ‘Music of My Heart’ de *NSYNC y Gloria Estefan, ‘I Was Here’ de Beyoncé, ‘Could I Have This Kiss Forever’ de Enrique Iglesias y Whitney Houston, ‘Love Found Me’ de Mónica Naranjo (sí, esto existe), ‘Blame It On the Rain’ de Milli Vanilli (no, el timo aquí no es el grupo precisamente), el dramón elevado al cubo que es ‘Complete’ de Michael Bolton o ‘Numb’ de Pet Shop Boys, probablemente una de las canciones dramáticas más flácidas y menos emocionantes que se hayan compuesto nunca. Canciones que justifican, en definitiva, la negación del público a reconocer la suprema maestría de Warren para componer canciones de una calidad excelente. «El amor es tortura», que canta Paloma Faith en ‘Only Love Can Hurt Like This’. En el caso de Warren, a menudo literalmente.
Pero no es a la capacidad de Warren como compositora contra lo que hay que arremeter aquí; queda demostrado, aunque pocos lo reconozcan, que su habilidad como escritora de canciones es suprema, incuestionable. En su lugar, es su oído fatal para las producciones de sus temas lo que hay lamentar, que no, tampoco mejora en absoluto en ‘Til It Happens to You’. Si en lugar de confiar en Lady Gaga para producirla, hubiera llamado a otra persona, igual sí merecería llevarse el Oscar. Tal y como les ha quedado, francamente, si alguna canción de Warren merece hacerse con la estatuilla, desde luego esta no es.