Black: ¿puede un «one hit wonder» predecir el futuro?

Muere un artista olvidado y muchos de los que le habíamos ignorado durante años, décadas, mostramos una afectación que parece impostada. ¿Quién reseñó ‘Blind Faith’, el disco del año pasado de Black? ¿Era tan horrible o no sonaba tan lejano a las últimas jugadas de, por ejemplo, Dexys o Rufus Wainwright, sólo que con un filtro más amable a lo Marlango? No es que le hubiéramos perdido la pista a Black hace un par de años, es que hacía décadas que ni se nos ocurría escuchar un álbum suyo.

Sin embargo, ‘Wonderful Life’ es una canción que todo treintañero -y para arriba- recordará. Aunque nunca dio el salto a América, el tema fue top 8 en España y Reino Unido y un gran hit en Europa. En nuestra redacción hemos referenciado esta pista varias veces: lo hicimos en el «Revelación o timo» de Josef Salvat (2013), en la crítica de ‘Una altra galàxia’ de Pastora (2012) o en el «Revelación o timo» de Jonathan Johansson (2008).

Cuando aparecieron Hurts, nos dimos cuenta de que el parecido con Black iba mucho más allá de la coincidencia en el nombre de un single, un peinado y el uso del blanco y negro. Durante una entrevista les preguntamos si la referencia al viejo ‘Wonderful Life’ era adrede. Esta fue la respuesta del dúo: «Es gracioso porque nunca lo pensamos, no nos dimos cuenta hasta que dos meses después de sacar el tema, nos lo preguntaron en una entrevista. Luego vimos el vídeo de Black y resulta que también estaba en blanco y negro». El parecido era demasiado evidente para negarlo aunque no se hubieran dado cuenta…

Muchos medios hoy apuntan a Black como «one hit wonder». Otros ni siquiera se hacen eco de su muerte. Y hacen bien, ¿para qué hacerte eco de la muerte de alguien cuya vida apenas has tratado? Pero hay una anomalía en todo esto. Este «one hit wonder» no fue uno cualquiera. Este tiene algo de magia, pues de manera inusual, en cierta medida, predijo el futuro. Si hace poco con motivo de la llegada de la fecha clave de ‘Regreso al futuro’, enseñábamos a Marty las cosas que sonaban diferentes a los 80 y las que sonaban exactamente igual

, Black podría haber sido perfectamente una referencia en este último artículo. No inventó el saxo, no inventó las percusiones tropicales (probablemente le influyeron ‘Graceland’ de Paul Simon y las elegantes producciones de Roxy Music), no inventó ese tono grave e impasible que tan bien ha manejado siempre Leonard Cohen, pero es alucinante lo 2015 que suena a día de hoy en comparación con otras cosas de su año, cercano a los últimos trabajos de Jamie xx («Good Times»), Destroyer (‘Kaputt‘) o James Blake (esa querencia por los sonidos negros llenos de humo y jazz).

Muchos de nuestros lectores están reivindicando en web y redes sociales su legado más allá de esta canción. Hugo recordaba, al margen de la también estupenda ‘Sweetest Smile’ (top 29 en España), ‘You’re a Big Girl Now’ y ‘I Can Laugh About It Now’; su cuarto disco ‘Are We Having Fun Yet?’, donde se encontraba ‘Swingtime’, y sus colaboraciones con Duncan Dhu en ‘Autobiografía’ (!). El grupo donostiarra, enamorado del pop de las islas, le llamó para grabar unas voces en ‘Rozando la eternidad’ y ‘Amarga’.

Pero el disco al que volver parece claro que es el debut ‘Wonderful Life’, en el que se encuentran momentos AOR y ochentosos algo más prescindibles pero también joyas perdidas como este ‘I Just Grew Tired’ que bien podría haber inspirado a Blood Orange y a Ariel Rechtshaid, ahora que ambos excelentes productores están tan laureados. Sean Nicholas Savage, ¿por qué no haces una versión?

La pregunta que asalta es evidente: ¿qué pasó con la carrera de Black? ¿Había alguien detrás de todo esto de la misma manera que estaban Stock, Aitken & Waterman detrás de los éxitos de Rick Astley? A nadie extraña que ‘Take My Breath Away’ fuera el único éxito de Berlin. Claro, ¡es que fue el único tema de su disco de 1986 producido por Giorgio Moroder!

Pero no es el caso de Black. La grabación de su debut fue de lujo, desde luego, no era ninguna de las guarrerías que muchas superestrellas plantean hoy. Se pasó por el disco Bill Price, que había co-producido ‘Never Mind The Bollocks Here’s The Sex Pistols’ (!) y ejercido de ingeniero en ‘London Calling’ con The Clash (!)… pero sólo para mezclar el tema ‘Everything’s Coming Up Roses’. Tocó el saxo en el álbum Martin Green, que había tocado o tocaría para China Crisis o The Sundays. Pero fue el mismo Black, Colin Vearncombe, el único autor de su enorme hit ‘Wonderful Life’, mientras el productor del disco, Dave «Dix», al margen de más colaboraciones con Black y Alison Moyet, no se ha prodigado ni la mitad que un Trevor Horn.

No hay, pues, gato encerrado tamaño Horn en ‘Relax’, pero tampoco me sorprende demasiado encontrar un nombre tan inconfundible como el de Dave «Dix» Dickie encargándose de la mezcla de un tema de Bat for Lashes, el directo de ‘Sarah’ de un EP. La vida da vueltas y a veces terminamos volviendo a lo mismo. Dinarama erraron el tiro cuando dijeron que en el siglo XXI hablaríamos más de Sabrina como U2. No del todo porque seguimos disfrutando del italo disco y de ‘Boys’ como si no hubiera un mañana. Pero quizá habrían estado más acertados si hubieran dicho que el siglo XXI sonaría a Black.

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Publicado por
JNSP
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