Odio París: «Somos dramáticos, pero nos gusta reírnos de nuestras desgracias»

Con su primer trabajo homónimo Odio París se convirtieron en unas de las grandes esperanzas del shoegaze patrio. El boca a boca y sus explosivos conciertos hicieron que los barceloneses se recorrieran buena parte de la geografía española mostrando una colección de canciones que, cinco años más tarde, no ha perdido todavía fuelle. La espera se ha hecho larga, pero hace escasas semanas han vuelto con su segundo trabajo, ‘Cenizas y Flores‘, un largo en el que incluso se atreven a toquetear guirnaldas electrónicas. De su cambio de sello (han pasado de El Genio Equivocado a Mushroom Pillow), la marcha de su bajista Álex y estas nuevas canciones hemos charlado con Víctor (guitarra y voz), Oscar (guitarra) y Jaume (batería). Y apunten en la agenda: el que quiera verles en acción, por lo pronto, podrá hacerlo el próximo 11 de marzo en el marco del Let’s Festival de L’Hospitalet del Llobregat (Barcelona) junto a Triángulo de Amor Bizarro y Vietnam.

Han pasado cinco años aproximadamente entre disco y disco. ¿Qué ha pasado para que haya habido tanta demora?
Oscar: «Nos han pasado muchas cosas. Lo primero fue que presentamos el disco bastante en directo, los últimos conciertos fueron en 2013».
Víctor: «En 2014 vino el cambio de sello y bajista, y en el 2015 es cuando nos pusimos en realidad a grabar este disco. Si te fijas no ha pasado tanto tiempo».
Oscar: «Marcel y yo, además, en este tiempo hemos sido padres. Había otras prioridades, lógicamente. Aparte, lo de fichar por Mushroom Pillow no fue de un día para otro, ni mucho menos, y tuvimos que esperar un año hasta poder firmar el contrato».

¿Qué ha ocurrido con El Genio Equivocado, vuestro anterior sello? ¿Qué os llevó realmente a tomar ese cambio?
O: «Cualquier grupo con dos dedos de frente hubiera hecho lo mismo que nosotros: apostar por Mushroom Pillow dado las bandas que ha llevado, los conciertos que hacen sus grupos y las posibilidades de difusión. El Genio Equivocado es un sello al que tenemos que agradecir donde estamos, pero al abrirse otra puerta tomamos ese paso y se lo comunicamos antes de fichar por nadie. Fue arriesgado porque no sabíamos al cien por cien qué iba a ocurrir, pero corrimos ese riesgo».
V: «Ese año de incertidumbre antes de fichar por Mushroom fue duro».

¿Os habéis sentido algo presionados con este nuevo trabajo después de la buena repercusión que tuvo vuestra puesta de largo?
O: «Somos bastante autoexigentes con lo que hacemos, le damos mil vueltas y discutimos siempre todo. Después de la buena acogida del primer disco, que nos sorprendió incluso a nosotros, éramos conscientes de que muchas orejas estarían pendientes ahora de lo que sacáramos. El primero lo hicimos por placer y porque nos gustaba, y con éste la presión ha estado ahí, aunque inconscientemente».
J: «No es lo mismo cuando empiezas y no te conoce nadie a cuando la gente espera realmente algo de ti. Esa ha sido básicamente la presión».

¿Ha sido más fácil tirar adelante este álbum que vuestro primer homónimo?
O: «En realidad hemos usado la misma metodología para componer los temas».
J: «Sí, ha sido muy similar respecto al primero. Lo importante para nosotros era grabar algo que nos gustara y que pudiéramos defender».

¿Qué ha pasado con Álex, vuestro anterior bajista? Dejó la banda pero desconocemos el porqué…
J: «Fue un momento difícil porque el grupo lo empezamos los cinco, y que uno se vaya es complicado. Básicamente teníamos unos puntos de vista diferentes».

¿Quién le sustituye?
V: «Pedro Vidal. Llegó a través de Marco Morgione. Primero se lo propusimos a Marco, pero a las semanas nos llamó diciendo que estaba muy liado con sus proyectos y nos pasó su contacto».

¿Sigue habiendo relación con Álex a pesar de todo?
V: «A veces hablamos, pero no es la misma relación, no».

«Para este disco, incluso antes de encontrar productor, pensamos en abrir mucho las frecuencias, hacer un sonido más claro y nítido»

La producción del nuevo disco me parece mucho más clara, hay un muro de sonido mucho más marcado y una mayor apuesta por la alta fidelidad. ¿Lo veis así también vosotros?
V: «Totalmente. Para este disco, incluso antes de encontrar productor, pensamos en abrir mucho las frecuencias, hacer un sonido más claro y nítido. Al tener más frecuencias puedes añadir más capas de sonido. Ese muro sonoro lo teníamos clarísimo, aparte de que queríamos incluir más elementos electrónicos en esta ocasión».

¿Qué papel ha tenido en todo esto el productor Hans Kruger?
O: «El primer disco lo autoproducimos junto a Marco Morgione y buscábamos ese sonido lo-fi y shoegaze. Nos gustó en su momento pero, personalmente, después en casa no pude darle más que cuatro o cinco escuchas porque se me quedaba cerrado a nivel de frecuencias. Pusimos en común esto mismo y por ello hemos decidido abrir más el sonido esta vez».
J: «Hans nos apoyó desde el primer momento porque expandiéndonos sonoramente había posibilidad de hacer más cosas».

«Este disco es continuista porque estamos haciendo lo mismo. No podemos cambiar y ponernos a hacer canciones trap, por ejemplo. Pero si te soy sincero yo no lo veo tan continuista»

Todas las críticas dicen que este es un disco continuista. ¿Lo veis así?
V: «Es continuista porque estamos haciendo lo mismo. No podemos cambiar y ponernos a hacer canciones trap, por ejemplo. Pero si te soy sincero yo no lo veo tan continuista, ya que hay muchos cambios y ha habido una clara evolución: la forma de grabar, el concepto abierto del sonido, el nuevo papel de los elementos electrónicos, la mayor presencia de las voces…»

¿‘Camposanto’ ha sido el primer single porque es uno de los temas que perfectamente podrían haberse colado en vuestro debut?
O: «Era el mejor nexo entre el primer y el segundo disco. Tiene la esencia de nuestras primeras canciones pero, asimismo, también deja entrever las novedades de este segundo».

¿Qué ha sido lo más complicado de ‘Cenizas y Flores’, pues?
V: «Complicada ha sido la espera en sí, más que la ejecución. El hecho de estar un año esperando sin saber si lo que teníamos estaba bien o mal ha sido lo que más dudas me ha generado».
O: «A nivel musical lo más dificultoso ha sido encontrar el equilibrio entre las guitarras, las secuencias y los sintetizadores. Lo orgánico contra lo electrónico. Pero con esto no quiere decir que nos hayamos pasado a la música electrónica por mucho que nos guste, ni mucho menos. Simplemente son nuevos matices que están ahí».

¿De quién fue la idea de explorar los sonidos sintéticos?
J: «Surgió de una manera muy natural. Lo hablamos y nos tiramos a la piscina».

Por mucho que antes me hayáis dicho que las voces tienen un mayor protagonismo, la verdad es que discrepo porque sigo sin entenderos a la perfección si no tengo las letras delante.
V: «Respecto al anterior algo más se entiende… Aunque sí, hay reseñas que dicen lo mismo que tú».

¿Cabe la posibilidad de que algún día, por remoto que sea, coloquéis las voces en primer plano?
O: «Si formamos otra banda, quizás. Para mí la melodía y la voz son dos instrumentos al servicio de la canción. La voz está más resaltada esta vez, pero no la destacaría aún más».
V: «A mí personalmente no me importaría…»

En esta ocasión hay bastantes medios tiempos como ‘El Último Deshielo’ o ‘Rendición’. ¿También habéis querido aprovechar este largo para mostrar vuestra cara más ‘sosegada’?
O: «Conceptualmente queríamos darle al disco un equilibrio entre los temas más rápidos y los medios tiempos. Es más, en los medios tiempos es donde más se pueden apreciar los aderezos electrónicos. Esos temas nos sirvieron para experimentar».

Tanto el título del álbum como algunas canciones tienen una temática algo fúnebre, aunque la verdad es que también hay cierta cursilería amorosa. Hay un curioso contrapunto entre hacer la cucharita y los cementerios. ¿Se me ha ido la cabeza o voy bien encaminado?
V: «Hay todas las emociones que hemos vivido estos últimos años. Los que componemos somos Oscar y yo, así que viendo las letras puedes darte cuenta de qué tipo de personas somos».

¿Cómo os definiríais entonces?
V: «Somos dramáticos, pero nos gusta reírnos de nuestras desgracias. El sentido del humor es siempre importante».
O: «Tendemos a dramatizar un poco. Aunque de una forma controlada, claro».

¿Ha habido más momentos fúnebres o amorosos estos años?
V: «A mí me ha dejado la novia, y sí, alguna muerte ha habido también. Han sido tiempos intensos. No sé si ha quedado claro qué tipo de personas somos». [Risas]

«Sé que es difícil, pero lo que nos gustaría es que no nos comparasen con nadie y que la gente supiera ver algo propio en lo que hacemos»

¿Os molesta que aún os sigan comparando con Los Planetas y The Pains of Being Pure at Heart?
O: «Está de puta madre, pero hay más bandas con las que te pueden comparar. Sé que es difícil, pero lo que nos gustaría es que no nos comparasen con nadie y que la gente supiera ver algo propio en lo que hacemos».
V: «En el primer disco sí que quizás se entendían esas comparaciones con los Pains y los primeros Planetas. No obstante, en los ensayos nunca salen ellos como referencias, por lo que no entendemos ese consenso en las comparaciones».

¿Se ha quedado algo en el tintero?
V: «Un par de temas en realidad y mucha, mucha experimentación. Por ejemplo, teníamos un tema de electrónica pura que al final no supimos cómo encarar».

¿Entonces podría ser posible escuchar futuramente un disco electrónico de Odio París?
V: «A diferencia de lo que antes hablábamos de la voz, esto yo no lo veo».
J: «Alguna canción podría ser factible. Lo de un EP o un LP ya es más difícil».
V: «Ahora hemos empezado a probar con la electrónica. Quién sabe, quizás en el sexto álbum sí que nos tiramos a la piscina».

Foto: Jordi Santos.

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Publicado por
Sergio del Amo
Tags: odio parís