Kendrick Lamar / untitled unmastered.

Como su propio nombre indica, el nuevo disco de Kendrick Lamar, ‘untitled unamstered.’, no es la continuación de ‘To Pimp a Butterfly‘, sino una colección de descartes de aquel disco, pero es, a su vez, más que eso. En líneas generales, ‘untitled unmastered.’ es la materialización del típico disco de maquetas que ya nos hubiera gustado oír de muchas y muchos de nuestros artistas favoritos, un pequeño compendio de canciones dignas, varias de ellas brillantes, otras de ellas simplemente decentes, que igual no encajaban del todo en aquel, pero son perfectamente presentables.

En concordancia con que Lamar no se haya molestado en titular estas canciones ni en acreditar a sus colaboradores, la experiencia de ‘unmastered untitled.’ es misteriosa e inquietante desde el primer corte, empezando por que su fusión de hip-hop y free-jazz distópico sigue bien presente. ‘untitled 01’ es especialmente desconcertante, un número dislocado que empieza con una voz masculina sensual, similar a la de Barry White, pero que se revela pronto como una epifanía sobre la verdadera naturaleza del cristianismo a modo de reflexión sobre el juicio final, para terminar entre texturas gelatinosas como sacadas de una alucinación.

No se espera de un disco de descartes un concepto definido, pero ‘untitled unmastered.’ viene de donde viene y conectan en sus canciones temáticas como la pérdida de la fe, la corrupción del capitalismo, la violencia racial o la fama, abordadas todas siempre desde un ángulo musical que, si en ‘To Pimp a Butterfly’ era oscuro, ahora lo es todavía más, incluso tenebroso y pesadillesco, como es el caso de ‘untitled 02’, en cuyos versos Lamar rapea con un flow apático bajo saxofones cacofónicos y paisajes surrealistas, alternando en su texto desesperanza con Dios con el típico engreimiento de un rapero que se sabe rico, famoso y atractivo.

Al contrario de lo que pudiera parecer, ‘untitled 07’ no es, pese a su duración, la mejor canción del disco. Estamos ante un «medley» de tres partes conectadas sin ton ni son, la última de ellas, una grabación en baja fidelidad de Lamar y sus músicos improvisando en el estudio, que no es tan interesante, aunque sí graciosa. Tampoco es especialmente atractivo el interludio de 1 minuto y medio con SZA, a la que hemos oído recientemente en el último disco de Rihanna. Efectivamente, aligera el desarrollo del álbum, es intrigante, pero no aporta nada memorable aparte de algún que otro verso («la educación es el futuro / no te subestimes») y nadie se la va a poner en «repeat» como otras de las pistas aquí incluidas.

Ese sería el caso de ‘untitled 03’, una joya de neo-soul futurista que dura menos de tres minutos, y cuyo verso principal encierra la mayor tensión en menos tiempo. En él, Lamar rapea sobre las diferentes identidades raciales de Estados Unidos para concluir con una reflexión sobre el «empresario blanco de la industria musical» que vende sus discos a 11 dólares. «Me dice que si logro el platino / a la empresa le irá bien / ¿qué pasa si me comprometo? / él dice que eso da igual / si haces un millón o más / y vives mejor que la gente normal». Este verso, emitido casi sin aliento alguno, es implacable y culmina con una hermosa melodía interpretada por Bilal, en la que canta que «si hoy soy liberado / gozaré del fruto de mi trabajo».

La incursión de Lamar en el free jazz siempre es agradable, pero, como en ‘untitled 04’, a veces sencillamente no es más que eso. Es cuando el rapero experimenta con otros géneros como el ligero jazz brasileño en ‘untitled 06’, que incluye la colaboración vocal de Cee Lo Green y han producido Ali Shaheed Muhammad y Adrian Younge de A Tribe Called Quest, o el vigoroso funk futurista de la pegadiza (y más o menos bailabe) ‘untitled 08’, cuando Lamar, además de sorprender, convence de verdad.

Aunque Lamar ha asegurado que las canciones de ‘untitled unmastered.’ no acabaron en ‘To Pimp a Butterfly’ por falta de tiempo, a menudo es fácil adivinar que algunas de ellas no habrían sido incluidas de todas formas, pero no es el caso de las pistas destacadas. Aun así, tiene mérito sacar un disco de descartes que funcione como un todo del modo en que funciona este, y que incluso varios de estos descartes sean tan buenos. Evidentemente como continuación de ‘To Pimp a Butterfly’ no convence al 100%, pero como complemento de aquel, es esencial.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘untitled 01’, ‘untitled 03’, ‘untitled 06’
Te gustará si te gusta: Notorious B.I.G., Lauryn Hill, Tupac
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Publicado por
Jordi Bardají