No es, sin embargo, lo mejor del álbum. ‘Slay-Z’, que iba a ser un disco de versiones de Jay-Z, finalmente ofrece canciones inéditas con lo que mejor se le da manejar a Banks: la variedad de estilos. Donde no la escuchamos contoneándose entre inquietantes ritmos caribeños (‘Along the Coast’) o bases house noventeras (‘The Big Big Beat’), la disfrutamos entre confecciones de hip-hop comercial como ‘Riot’, que parece de Nicki Minaj; del mejor grime que se ha hecho en los últimos años -el de Benga (y Coki) en la sinuosa ‘Can’t Do It Like Me’, que iba para el disco de Rihanna– o de paisajes trance tan divescos como los de ‘Used to Being Alone’.
Aunque no todas estas canciones ofrecen una perspectiva interesante de Banks, ahí están la formulaica -aunque impetuosa- ‘Skylar Diggin’ o ‘Big Talk’, que recicla la base de ‘Ice Princess’ junto a un Rick Ross muy poco inspirado, ‘Slay-Z’ es una escucha satisfactoria, sobre todo en sus momentos más retorcidos, como ‘Along the Coast’, o más bailables, como ‘The Big Big Beat’, mientras el saber hacer de la rapera para ejecutar versos con la naturalidad y gracia de una verdadera estrella (aunque no siempre a través de una lírica brillante o fluidez rítmica) sigue recordándonos por qué seguimos ignorando las barbaridades que suelta en Twitter.
Cabe decir, por otro lado, que esto es una «mixtape» y la calidad de las producciones sigue siendo mejorable, pero el material base promete grandes cosas para ese segundo largo, ‘Business & Pleasure’, que tan difícil tendrá superar esa obra maestra que es ‘Broke with Expensive Taste’. Pero en Banks confiamos: con este nivel, como para no hacerlo.
Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘Riot’, ‘The Big Big Beat’, ‘Can’t Do It Like Me’, ‘Along the Coast’
Te gustará si te gusta: Nicki Minaj, Kanye West, M.I.A.
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