En este disco inspirado en una ruptura tras ocho años de relación y grabado mayormente en un sótano por Craft en un ordenador -lo que incluye casi todos los instrumentos, desde pianos a baterías pasando por guitarras y órganos; otros como metales y bajos se añadieron después-, hay ecos al David Bowie de «Ziggy Stardust» y a Elton John casi por todas partes, empezando por ‘Eye of the Hurricane’, himno baretero donde los haya, y siguiendo por la exuberante ‘Lady of the Ark’, ‘Pentacost’ y la festiva ‘Black Mary’, en tanto que la secuencia misma del disco está claramente diseñada para simular la de un vinilo clásico, con dos de sus canciones más potentes, ‘Eye of the Hurricane’ y ‘Future Midcity Massacre’, abriendo caras, dos baladas (‘Trinidad Beach (Before I Ride)’ y ‘Three Candles’) cerrándolas y una variedad de singles y «album tracks» repartidos con tino a lo largo del álbum que aseguran una escucha entretenida.
Pero no solo la secuencia del disco es destacable, también las influencias musicales de Craft se filtran en sus canciones y cuando el chico no suena a Bowie (‘Berlin’) lo hace a Bob Dylan (‘Gloom Girl’) y cuando no, a los Beach Boys (‘Trinidad Beach’), pero siempre con inteligencia y evitando sonar a reducto de otras cosas. Quizás, en parte, porque creció en un pueblo bastante alejado de todo en general, Craft ha sido capaz de integrar sus influencias en ‘Dolls of Highland’ con gran elegancia, en unas canciones que no solo parecen clásicos perdidos de la era dorada del glam rock sino que, además, suenan honestas. Él mismo ha asegurado que creció sin saber lo que significa ser pretencioso y se nota, pues con pretenciosidad no se pueden escribir tamañas canciones.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Eye of the Hurricane’, ‘Lady of the Ark’, ‘Pentacost’, ‘Black Mary’
Te gustará si te gusta: David Bowie, Bob Dylan, Elton John
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