Tomita revolucionó el uso de sintetizadores en Japón a principios de los 70. En 1974, editaría el disco por el que siempre será recordado, ‘Snowflakes Are Dancing’, una colección de reinterpretaciones de composiciones del mismo Debussy en clave electrónica -la que traía ‘Arabesque Nª1- que aportó varias innovaciones a la creación de música con sintetizadores y le valió a su autor cinco nominaciones a los premios Grammy, entre ellos el de Disco de música clásica del año.
En 2003, Tomita recibió la Orden del Sol Naciente con Rayos Dorados y Roseta por su contribución al acercamiento de Japón a otras culturas. En sintonía con su interés por la innovación tecnológica, su último disco de estudio, ‘Symphony Ihatov’, editado en 2012, era una colaboración con la cantante virtual Hatsune Miku.