Le intenté preguntar qué opina sobre The Fall, una banda coetánea y de sonido similar, pues en ‘What The World…’ hay un tema llamado ‘Double Trouble’ que me recuerda bastante al estilo de la banda mancuniana, pero no pude llegar a la pregunta: Lydon, bastante airado, interrumpió para decir que «ya estábamos con las comparaciones de siempre y que cómo iba a copiar él a un borracho» (refiriéndose a Mark E. Smith, líder de The Fall). Lo de copiar se lo sacó de la manga, por cierto.
Por la noche, PiL ofrecieron en una abarrotada Joy Eslava un set de casi dos horas en el que desgranaron buena parte de su último trabajo, destacando temas como ‘I’m Not Satisfied’ o ‘Bettie Page’, con un muy buen sonido, cosa de agradecer. Ahora sí, Lydon se centró en lo que mejor sabe hacer y dio lo mejor de sí mismo con su histriónica manera de cantar, acompañado por una banda de lo más sólida. Aunque muchos hubiésemos deseado volver a ver a Keith Levene o Jah Wobble acompañando en directo a Lydon, la banda que regresó en 2009 suena estupendamente y no solo supo defender con garra los nuevos temas, sino también clásicos como ‘This Is Not a Love Song’, ‘Tie Me To The Length Of That’ o ‘Rise’, la más celebrada y coreada por un público que estuvo encantado tanto con los temas nuevos como con los viejos. También les apeteció recuperar ‘Religion’, del primer álbum de PiL. Su crítica a la iglesia católica ya no provoca, pero resulta entrañable ver a Lydon declamar sus críticos versos. En definitiva, por la grandeza de su carrera musical, al final podemos perdonar que John Lydon se esté convirtiendo en el abuelo cebolleta del punk, pues él y su banda siguen ofreciendo buena música y la saben defender en directo.
Foto: Lolasart (Flickr).