En una entrevista en Pitchfork, el músico ha aclarado las dudas sobre el asunto: se trató de una iniciativa de la organización del festival al que fue invitado en el país africano junto a Gang Gang Dance y a la que este grupo no pudo sumarse en el último momento pero siguió adelante. Los más de 25.000 dólares recaudados se destinaron, en su mayoría, a la ONG Temedt, que ayuda a los tuareg, y el disco se lo financió el propio Deakin en gran medida. Una inundación del estudio y sus compromisos con Animal Collective impidieron que desarrollara sus ideas hasta 2015.
Dibb se preocupó, si bien bastante tiempo después, de contactar a aquellos que habían aportado al crowdfunding para darles explicaciones y saldar las cuentas pendientes. Según dice, la mayoría lo entendió. Superar la imagen de caradura que buena parte del público general le colocó va a ser mucho más difícil, y ‘Sleep Cycle’ se verá afectado por ello.
Es una pena porque el álbum no merece ser tirado al cesto de la irrelevancia. Se trata de siete largos temas -la mayoría de ellos superan ampliamente los seis minutos-, que encajan a la perfección con el sonido que Animal Collective buscó en la segunda mitad de la pasada década, cuando comenzó a sonar más accesible e inició un ascenso hacia la gloria en discos como ‘Feels’, ‘Strawberry Jam’ y, finalmente ‘Merriweather Post Pavilion‘.
A pesar de su condición de figura intermitente dentro del colectivo (no ha participado en el último disco, como tampoco lo hizo en el mencionado ‘Merriweather Post Pavilion’), el primer disco en solitario de Deakin está más entroncado con su sonido que los proyectos de las dos principales fuerzas creadoras del grupo, Avey Tare y Panda Bear. La bonita ‘Golden Chords’ combina una guitarra sacada de los momentos más dulces de ‘Sung Tongs’ con un fondo de naturaleza propio de ‘Campfire Songs’ y una extensión larga e hipnótica pero que no se hace pesada, como en los temas de ‘Feels’. ‘Just Am’ remite a los sonidos de ‘Fall Be Kind’, el EP con que el grupo de Baltimore dio la puntilla al 2009 tras el arrollador éxito de ‘My Girls’.
La cualidad acuática e hipnótica del sonido Animal Colective también aflora en ‘Seed Song’ y ‘Good House’, esta última mezclada por Sonic Boom. Solo ‘Footy’ y sus explosiones de ruido controladas cambian esta vertiente evocadora y reposada del debut en solitario de Deakin, colocada justo en el medio del disco, como una montaña con dos vertientes que dirigen cada una a dos valles distintos.
Ciertamente, la aventura africana de Josh Dibb no parece haber influido mucho en el espíritu de ‘Sleep Cycle’. Se perciben grabaciones de campo (voces, algún instrumento) en algunos temas, y el más corto de ellos, ‘Shadow Mine’, que es casi un intermedio entre tanto corte extenso, contiene un loop distorsionado que recuerda a un muecín llamando a la oración. Pero que nadie se imagine encontrar nada parecido a la música de Toumani Diabate, ni siquiera al rock tuareg de Bombino.
‘Sleep Cycle’ no es un disco rompedor, como tampoco lo es acartonado. Es una buena propuesta de un músico creativo y profesional, con momentos brillantes y luminosos y otros hipnóticos y para uso y disfrute del aficionado a la psicodelia del nuevo siglo, que enriquece el cuerpo artístico alrededor de Animal Colective y, además, sirve para demostrar que el sitio de Deakin en uno de los grupos esenciales del siglo XXI está bien ganado.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Golden Chords’, ‘Just Am’, ‘Good House’
Te gustará si te gustan: Los Animal Collective de ‘Feels’ y ‘Merriweather Post Pavilion’
Escúchalo: Spotify
Cómpralo: Amazon.