Tras cuatro álbumes largos e incontables singles, Armenteros deja el grupo y se alía con su amigo Pablo Herrero, que dejó de tocar los teclados en Los Relámpagos poco antes de su salida, para formar un tándem compositivo que ha dado algunos de los éxitos más memorables de la historia del pop nacional. Primero, en los 60 compondrían buena parte de los mayores éxitos de Formula V: ‘Eva María’, ‘La fiesta de Blas’, ‘Cuéntame’, ‘Cenicienta’ o ‘Tengo tu amor’ llevan la firma del tándem. En esa década, también fabricarían
Más tarde, ya en los 70, trabajarían para solistas como Juan Bau (que se haría popular con su ‘La estrella de David’), Basilio (‘Tierras lejanas’) y, sobre todo, Nino Bravo, que barrería las listas con temas de Armenteros y Herrero como ‘Libre’, ‘América, América’ o ‘Un beso y una flor’, nada menos. También es suya la canción más importante de la Transición española, ‘Libertad sin ira’, un himno que interpretarían Jarcha y que ponía melodía a los cambios socio-políticos que devinieron a la muerte del dictador Francisco Franco.
Aunque a lo largo de la década, y para siempre, se iría diluyendo el potencial de su asociación hasta desaparecer, Armenteros y Herrero comenzaron los 80 a lo grande. Primero componiendo ‘Latino’, un tema popularizado por Francisco, con el que ganó el Festival de la canción de la OTI de 1981. Y después con la interpretación de Rocío Jurado en 1982 de ‘Como una ola’, uno de los temas más emblemáticos de la cantante de Chipiona, cuyo álbum de idéntico título alcanzó la mareante cifra de 15 discos de platino.
Armenteros es uno de esos casos claros de grandes artistas que, por decisión propia o circunstancias, deciden trabajar a la sombra de otros nombres propios. Esperemos que, al menos de ahora en adelante, el suyo sea recordado como uno de los autores más exitosos del pop en nuestro país en toda su historia.