A falta de riffs locos, para esta ocasión han explotado algo más las cajas de ritmos (la inicial ‘Doing It To Death’ bien lo demuestra) e, incluso, se han atrevido a coquetear con el afro-pop en la simpática ‘Let It Drop’. Pero más allá de eso, si algo destaca en The Kills es el carisma y la sensualidad vocal innata que Mosshart se sigue gastando. Pese a quien pese, ella sigue siendo el pilar sobre el que se sustenta todo el imaginario de la banda. Ya sea autoproclamándose un perrito faldero incondicionalmente fiel en ‘Heart of a Dog
‘ o mostrándose de lo más sumisa cuando encuentra al hombre de sus sueños en ‘Hard Habbit’, la estadounidense siempre brilla con luz propia. Y eso, encima, tiene más mérito cuando, como en esta ocasión, las canciones no son tan memorables.‘Days of Why and How’ se queda a medio gas, y la parte final del disco palidece ante la falta de fuerza generalizada (a pesar de que ‘Whirling Eye’ levanta algo el vuelo en los tres minutos y medios finales del álbum). Pero parece que las vicisitudes médicas de Hince les han pasado factura esta vez. Talento tienen a raudales para seguir ahí más de una década después de debutar como los primos lejanos de The White Stripes, de modo que cuando la mano de él vuelva a estar en condiciones quizá nos sorprendan con un álbum totalmente opuesto a este.
Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘Heart of a Dog’, ‘Hum for Your Buzz’, ‘Whirling Eye’
Te gustará si te gustan: los The Kills más sosegados que ya empezaron a vislumbrarse hace cinco años en su anterior trabajo
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