Bat for Lashes / The Bride

Bat for Lashes se ha montado una película en su cuarto álbum de estudio. Literalmente. Está escribiendo un guión y ya ha estrenado en el Festival de Cine de Tribeca un corto llamado ‘I Do’ («sí, quiero») con la misma temática que este disco ‘The Bride’: una novia plantada en el altar ante la muerte del que iba a ser su marido, que fallece víctima de un accidente de tráfico cuando se dirige a la iglesia. Aunque el padre de Natasha Khan, paquistaní, intentó arreglarle una boda cuando ella tenía sólo 18 años; y aunque confiesa estar acostumbrada a ir a bodas de amigos incluso renovando votos mientras ella sigue soltera, no hay en ‘The Bride’ un marcado alegato feminista ni reflexión alguna sobre el matrimonio como institución o como convención social. Habría sido una buena idea, pero cuenta Natasha que su principal inquietud ha sido la elaboración de un personaje con el que poco tiene que ver.

La gran pregunta es si Bat for Lashes ha conseguido un guión sólido y firme, que no decaiga tras la muerte del novio, que se produce tan pronto como en la pista 3 de este disco; y si después ‘The Bride’ se convierte en un lacrimógeno telefilme o evoluciona más bien hacia lo lynchiano, pues es el director de ‘Terciopelo azul’ quien cita como principal influencia, junto a ‘El mago de Oz’.

Lógicamente, lo segundo. Pese a la temática, ‘The Bride’ es un álbum sobrio, minimalista y calculado, que evita con elegancia la lágrima fácil y hasta el hit: hacer canciones pop no ha sido su prioridad esta vez. En su lugar, ofrece una colección de 13 temas (el número parece muy vinculado a la mala suerte de la protagonista) que se pueden vincular con el trip-hop noventero, especialmente ‘Honeymooning Alone’, muy Portishead; con la Madonna de ‘Ray of Light’ (pienso sobre todo en ‘Mer Girl’); y alguna vez con Ladytron (un sinte de ‘Joe’s Dream’) o Broadcast (‘In Your Bed’).

Coproducido por ella misma junto a Simon Felice de Felice Brothers, ‘The Bride’ es un disco onírico, muy visual en algunos de sus puntos (el «fire» de ‘In God’s House‘ conforma un videoclip por sí solo), triste («¿si conduzco lo suficientemente lejos, ¿encontraré a mi amor?», se pregunta en uno de los momentos desesperada) y muy bien hilvanado. Los propios títulos de las canciones, como suele pasar en las bandas sonoras, dan buena cuenta de qué sucederá con la novia (las letras revelan muy poco más de lo que sugieren ya los títulos, eso sí) captando la atención del oyente y despertando verdadera curiosidad por la deriva de la historia.

Únicamente se podría pedir a Natasha que hubiera sacado un poco más de brillo a las canciones por separado. ‘Close Encounters’ o ‘I Will Love Again’ son buenas composiciones, pero la última se extiende tanto que se te termina pasando por la cabeza si Khan habrá intentado camuflar con un disco conceptual una pequeña falta de inspiración, evidenciada en una ‘Sunday Love‘ que parece una recreación de ‘Daniel’. ¿Para qué si quería huir de un registro pop? Pese a ella y a la aburrida ‘Widow’s Peak’, toda una curiosidad desde su misma portada hasta la última pista, que confirma la gran personalidad de la autora de ‘The Haunted Man‘ y ‘Two Suns‘.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘In God’s House’, ‘Joe’s Dream’, ‘Close Encounters’, ‘I Do’
Te gustará si te gustan: The Passengers, Broadcast, la Madonna de ‘Ray of Light’, los anteriores
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Publicado por
Sebas E. Alonso