Juntos, ambos músicos apuestan por una economía de recursos que les lleva a concentrarse en su faceta más electrónica y sintética, con las guitarras tratadas para dar aún mayor profundidad, pero no como protagonistas. Emparentándose con outsiders del pop estatal como Apenino y su “secuela” Dar Ful Ful o internacional como Trembling Blue Stars o The Radio Dept., Davis y Cristian nos invitan en ‘Nuevas degeneraciones’ a un espacio de habitaciones en penumbra, de persianas bajadas y luz diurna que se cuela penosamente entre los recovecos. Habitaciones en las que suenan teclados dramáticos, por momentos pomposos, sobre cajas de ritmo sencillas y de cadencia tranquila. En el espacio que resta, la voz de Davis (próxima en timbre a la de Algora) parece luchar por imponerse y revelarse como una de las más bonitas y delicadas del panorama underground. No siempre lo logra, y a menudo debe conformarse por dejar que se intuyan sus líneas melódicas, frecuentemente luminosas, entre los robustos colchones de sintes que anegan canciones como ‘Otoño de revolución’ o ‘Sierras’. Con esa inducida y leve claustrofobia, se presentan como el vehículo idóneo para unas letras de simbología lúgubre, dibujando personalidades que luchan, infructuosamente, por encajar pese a saberse ajenas, inadaptadas al mundo que les ha tocado en suerte. O, en el mejor de los casos, que esbozan una media sonrisa de alivio cuando chocan con alguien de su misma condición (especialmente espeluznante resulta ‘Invencibles’ como «broche» final).
Curiosamente, pese a que la sensación de melancolía llena buena parte de ‘Nuevas degeneraciones’, este resulta más convincente cuando el dúo sube el tempo de las bases y permite que esas melodías vocales, con frecuencia optimistas, manden. Es el caso, sin duda, del brillante single ‘Temporal’, con ese fantástico giro que ofrece su estribillo, pero también el del homenaje a los primeros New Order que es ‘Zoo’ (con la colaboración de Paco e Inés de Blacanova), el shoegaze vibrante de ‘Los márgenes’ y las bailables ‘La ciencia del iluso’ y ‘Devil D’. Pese a flaquear cuando reiteran determinados patrones (‘Hikikomori’, ‘Todos los santos’), Escuelas Pías muestran sobradamente que han dado con su propia fórmula para situarse, desde ya, como nuevos abanderados para aquellos que gozan del pop electrónico más bucólico y sombrío.
Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ‘Temporal’, ‘La ciencia del iluso’, ‘Zoo’, ‘Los márgenes’
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