¿Por qué ‘No respires’ es una película tan aterradora?

El director uruguayo Fede Álvarez se abrió paso en Hollywood a dentelladas. Su furioso e imaginativo remake de ‘Posesión infernal‘ (2013) contentó hasta a los más acérrimos detractores de las nuevas versiones de clásicos del género. Sam Raimi quedó tan encantado que le ha producido su segunda y más personal película. ¿El resultado? Peliculón y número 1 en taquilla. ¿Por qué ‘No respires’ es una película capaz de dejarte sin aliento?

Por el impactante comienzo.
Hay películas de terror cuya primera secuencia es tan poderosa estilísticamente que es como si el director hubiera grabado su firma en ella con un cuchillo de cazador. Son prólogos que funcionan como invitación a entrar en la casa del terror y como afirmación de una identidad artística notable. Ejemplos hay muchos. El plano aéreo de la sinuosa carretera de ‘El resplandor’, la cámara subjetiva de ‘La noche de Halloween’ (1978) y ‘Posesión infernal’ (1981)… Pero últimamente han destacado dos: la panorámica circular con la que comienza ‘It Follows‘ (2014) y el movimiento de aproximación con el que se abre ‘No respires’. Brutal.

Porque está ambientada en Detroit.
La decadente ciudad de Michigan es como una Transilvania moderna, el recipiente simbólico de los temores de la clase media contemporánea. Un lugar con barrios donde nadie puede oír tus gritos y donde un hombre puede arrastrar el cuerpo de una mujer por la carretera como si llevara el carrito de la compra.

Porque le da la vuelta al subgénero «home invasión».
Parecía que nadie podía decir nada nuevo en el subgénero de las invasiones del hogar. El filón parecía agotado de tanto explotarlo: ‘Los extraños’ (2008), ‘The Collector’ (2009), ‘Secuestrados’ (2010), ‘The Purge‘ (2013)… Sin embargo, Fede Álvarez y el guionista Rodo Sayagues lo han conseguido. Han cambiado el punto de vista -de los invadidos a los invasores-, le han inyectado ambigüedad moral a los personajes y han hecho una ingeniosa relectura del clásico ‘Sola en la oscuridad’ (1967).

Porque sale un perro que da más miedo que Cujo.
El feroz rottweiler que aparece en la película es el protagonista de algunas de las mejores secuencias de ‘No respires’. La del coche, que homenajea al sanguinario perro creado por Stephen King, es fabulosa.

Porque sale un ciego que da más miedo que el de ‘El nombre de la rosa’.
No hay película de terror que funcione bien si el personaje que debe generar ese miedo no está a la altura. El ex soldado que interpreta Stephen Lang, que ya puso firmes a todos en ‘Avatar‘ (2009), consigue que la expresión «dar palos de ciegos» cobre una nueva dimensión.

Por su inteligente uso del espacio.
A través de la utilización de la steadicam (atención al brillante plano secuencia que nos sitúa perfectamente en el interior de la casa) y el formato panorámico (que, como también ocurría en ‘It Follows’, potencia la sensación de amenaza), el director consigue que con un argumento mínimo el espectador viva una experiencia máxima.

Por su inteligente uso del sonido.
Y del silencio. El director juega con enorme habilidad con la composición musical (del español Roque Baños), los sonidos diegéticos y los silencios para generar tensión, construir atmósferas y lograr que acabes viendo la película poniendo la misma cara que la chica del cartel original (mucho más sugerente que el español).

Porque te sorprende cada diez minutos.
Acostumbrados a ver películas de terror que parecen relojes despertadores (solo saben dar sustos y siempre a las mismas horas), encontrarte con una cinta que está repleta de giros inesperados e imaginativas soluciones narrativas es como para que ocurra lo que pasó en la sesión a la que fui: media sala aplaudiendo al final de la película. Plas, plas. 8,8.

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Publicado por
Joric