Porque si en ‘Aureate Gloom’ of Montreal se dedicaron al funk y al hard rock, aquí les ha dado por la new wave, la música disco y el synth-pop, con escapadas hacia el rock alternativo. Y el resultado es mejor. Para cerciorarse basta con escuchar el trallazo inicial, ‘Let’s Relate’, perfecto hit de voz robotizada y estribillo enloquecedor, entre Devo y el techno chatarrero y, para servidora, desde ya un clásico de la banda. Y si ‘Let’s Relate’ es un hit, ‘It’s Different for Girls’ apunta directamente a himno. Una línea de bajo sustraída a Blondie capaz de despojarte de toda voluntad, luces de discoteca y unos coros divertidísimos enmarcan una letra directa y didáctica; una alabanza a las mujeres y su forma de ser, que denuncia el machismo, cómo éste nos convierte en meros objetos (“It’s different for girls / From when they are children / They’re depersonalized/ Aggressively objectified”), celebra las diferencias con el género masculino (“They don’t have to size up / Every person they meet / Or create an elite / Or poison the game”) y, ehem, parece querer justificarnos: “Sometimes they act crazy / But that doesn’t define them”. No sé muy bien si definirla como reivindicativa, agradecerles el gesto o considerarla algo condescendiente y abonada al tópico… pero es que es tan, pero tan temazo que nada puede empañarla (la letra entera, aquí).
Definitivamente, las dos canciones con las que abren el disco son las mejores y más redondas, ya que se olvidan de los desbarres para construir dos piezas de disco-pop concisas y demoledoras. Y esto estimula y a la vez lastra la escucha del disco. Porque el resto no alcanza su perfección, a pesar de contener muy buenos temas, repletos de mala baba, humor socarrón, tonadas pegadizas y la personalidad de Barnes. Los ochenta siguen presentes en ‘My Fair Lady’, donde Kevin recita lánguidamente sobre una base a lo ‘Billie Jean’, para luego clavarte un estribillo propio de ABBA. En ‘A Sport and a Pastime‘, otra de las destacadas, juegan con la idea del amor perro y la despersonalización que éste comporta, mientras le birlan los sintetizadores al Sufjan Stevens de ‘The Age of ADZ’…
Pero como no solo de los 80 viven los de Athens, también se dedican a saquear otras fuentes. Si nada más arrancar ‘Gratuitous Abysses’ te dicen que es lo nuevo de Wilco, te lo crees. A los de Jeff Tweedy (y a los Beatles, y a Pavement) también remite ‘Chaos Arpeggiating’, cuyo riff es de lo más atractivo y suena perfecta como canción de cierre. Pero no lo es, porque quedan todavía tres canciones más… que pierden fuelle, ya que pecan de dispersas, a pesar de su irreprochable factura. Llegados a este punto, pienso en que me chifla tantísimo los dos primeros temas del disco que desearía que todo él fuera igual: un álbum de hits demenciales e himnos redondos pasados por su particular filtro, hits con los que darlo todo, ya sea en la pista o barriendo en casa. Pero… ¡qué puñetas! Seguimos teniendo en la mano otro disco de of Montreal. Corrijo: otro gran disco de of Montreal. Casi nada.
Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Let’s Relate’, ‘It’s Different for Girls’, ‘Gratuitous Abysses’, ‘A Sport and a Pastime’
Te gustará si te gusta: «ver» a Kevin Barnes jugando a ser el rey de la disco, la dance-music con cerebro.
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