El motivo es Beyoncé o, más concretamente, su oreja derecha, que esta se cortó durante un punto de su actuación, posiblemente entre tanto latigazo de trenza, para entretenimiento de los medios musicales, que ya están extrayendo titulares de un simple corte. Este vídeo de Twitter documenta el momento en que Beyoncé se percata de que su oreja sangra y continúa cantando, algo que, para sus fans más extremos, supone una confirmación de su existencia sobrehumana y, para el resto de mortales, precisamente una no-confirmación de que Beyoncé es humana como Chenoa y sangra sangre.
Otro de los momentos destacados ocurridos durante el concierto fue el encuentro entre Ms. Lauryn Hill y Nicki Minaj en los camerinos. La propia Minaj ha subido a Instagram un vídeo de ella arrodillándose ante Hill, a quien considera una de sus mayores influencias. «Estoy enamorada de ti», le confiesa desde el suelo. «De tu espíritu, de tu mente, de todo lo que eres». Mientras, la pobre Hill, naturalmente a cuadros, aguanta con saber hacer y risa incómoda la situación.
En el post de Instagram, Minaj escribe: «Perdonadme mientras tengo una experiencia extracorpórea. Tiemblo, lloro, ¡qué DESASTRE! Esta señorita es la razón, Dios. La REINA. ¡Diosa! ¡El epítome! ¡La cumbre!»