Te damos cuatro razones para caer rendido ante ‘La ciudad de las estrellas’ y una para explicar la polémica que ha generado.
1. Su (irresistible) estilo. ‘La ciudad de las estrellas’ no es solo un homenaje al musical clásico de Hollywood, sino principalmente a las películas musicales francesas que hicieron juntos el director Jacques Demy y el compositor Michel Legrand, en especial ‘Los paraguas de Cherburgo’ (1964). También a los melodramas en cinemascope del Hollywood de los 50, con ‘Rebelde sin causa’ (1955) como referencia explícita. Chazelle recoge todas estas influencias y las plasma de manera admirable, consiguiendo un equilibrio perfecto entre la ironía y la melancolía, entre la tradición y posmodernidad (imprescindible ver en pantallón, está rodada en una proporción de 2.52).
2. Su (estimulante) discurso. La película narra una romántica y conmovedora historia de amor con Los Ángeles, “la ciudad de las estrellas”, como telón de fondo. Pero no solo. También es una lúcida reflexión acerca de las dificultades para perseguir y compaginar los sueños profesionales con los sentimentales, para compatibilizar el arte con la vida. ¿Dónde está el punto de equilibrio, el lugar exacto donde la renuncia se transforma en contrapeso y no en lastre?
3. La pareja protagonista. La pareja de baile perfecta. Un Ryan Gosling conmovedor como incansable soñador, divertido como músico de bodas o teclista de banda mainstream y seductor como romántico bailarín saca a bailar a una Emma Stone encantadora como aspirante a actriz, elegante como diva y arrebatadora como enérgica bailarina.
4. La música y coreografías. La película comienza por todo lo alto, con un fabuloso número coral, rodado en plano secuencia, que es toda una declaración de intenciones: qué mejor sitio que en un atasco para poner en marcha el motor terapéutico de un musical y suspender la realidad. Luego está el romántico número del planetario, el intenso del casting (donde la Stone “se desnuda” como si fuera a tirarse al Sena), el emocionante desvío final… Sin olvidar la composición de piano que funciona como eficaz leitmotiv sonoro y alarma sentimental.
5. ¿Es racista y homófoba ‘La ciudad de las estrellas’? Las declaraciones de Rostam Batmanglij, ex Vampire Weekend, criticando la película en twitter (#NotMyLosAngeles) por su falta de diversidad sexual y racial, han dividido a parte de la audiencia. Vista la película, hay que darle la razón a Rostam: esto no es Los Ángeles. Esta no es “su ciudad”. Pero tampoco lo pretende. Criticar una fantasía musical por no ser realista es tan contradictorio como ser mujer y votar a Trump. Aunque viendo a los extremos que está llegando la corrección política de la izquierda estadounidense, quizá no lo sea tanto. 9.