Afortunadamente, aunque hubiera querido no podría escapar de Hibernales, porque era, es, un proyecto eminentemente doméstico: sus canciones las compone y graba en un estudio creado “bajo” la cama de la habitación de invitados de su casa. Y, además, su socia artística en este caso es su hermana Elisa. Gracias a eso tenemos entre manos ‘Tu casa, mi casa’, un nuevo disco de este dúo que, pese a conservar el encanto de lo cocinado en el hogar, de lo accidental, sobrepasa las mejores expectativas y se propulsa a un estadio de psicodelia espacial que, la verdad, no sospechábamos.
Nos medio engañaron con sus adelantos: la delicada ‘Por amar’ y el tema titular, agitado por esa hermosa segunda parte en la que recitan una lista de cosas cotidianas guays de la vida diaria y que termina al estilo del Sufjan Stevens más ortodoxo, parecían anticipar un disco de pop bonito y de corte eminentemente acústico. Sin embargo, ‘Tu casa, mi casa’ es un disco aún más imaginativo, soñador y estimulante. Armados de sintetizadores de sonido marciano, cajas de ritmos que por momentos descabalgan, voces dobladas, chirridos y ruidos varios, Hibernales presentan, con permiso de Aries, la propuesta estatal más sugerente y ensoñadora a la hora de relacionar pop, psicodelia y electrónica.
Y es que para definir lo que escuchamos en canciones como ‘Luces Random’, ‘Los pies’, ‘Gente normal rara de encontrar’, ‘Quédate’, ‘Derechos al amor’, ’Si esto es guerra’ o ‘La fuerza centrípeta’ no se encuentran otros referentes que Dan Deacon, los Animal Collective de ‘Sung Tongs’ o Astrud, los de su último disco de electrofolclor. Sin embargo, esa es solo una de las facetas que muestran aquí. Además de esa cara semi-acústica descrita antes, aquí combinan igualmente el technopop casero y sin ambages de ‘Que parezca una broma’ como momentos más abstractos (‘Aproximadamente un minuto’, ‘Delay’, ‘Mi tiempo’) que muestran, a su manera, la deuda que dicen tener con Bartok y Ligeti.
También sus letras hacen de ‘Tu casa, mi casa’ una pieza de fuerte personalidad: entre momentos de cotidianidad, se impone un romanticismo tranquilo pero raro, con cierto toque inquietante. Como esos “tu aliento contiene todos los secretos de mis pensamientos” de ‘Gente normal…’ o el “cómo quisiera tocarte el pie” del corte titular (un fetichismo que certifica la surrealista ‘Los pies’). Si bien es cierto que cuenta con una secuencia extraña, que a veces parece dejar caer a plomo la tensión y la euforia generadas antes, haciendo que el disco vaya y venga, este segundo disco (en realidad, por el salto creativo experimentado, parece más un debut) muestra a Hibernales como mucho más que un proyecto paralelo. Tiene una entidad fascinante y confiamos en no tener que esperar 5 años para verla crecer.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Tu casa es mi casa’, ‘Luces Random’, ‘Por amar’, ‘Derechos al amor’
Te gustara si te gustan: los primeros Animal Collective, los últimos Astrud, Aries, Espanto.
Escúchalo: Bandcamp, Spotify