Música

Hibernales / Tu casa, mi casa

Hibernales nacieron sin suerte: cuando terminaron de grabar su primer disco, se quemó el disco duro del ordenador en el que se almacenaba el máster. Por suerte, se salvaron 10 canciones (contenidas en ‘Un corazón con pelos’, 2012, reeditado en 2015 por El Genio Equivocado con otros temas rescatados de la época) que lograban dar una idea de la particular idea de su pop iconoclasta, con letras llenas de costumbrismo, aparentemente dócil. Aquello podía haber terminado así, como una curiosidad en la carrera de Eloy Bernal, que parecía concentrado en su proyecto Neleonard.

Afortunadamente, aunque hubiera querido no podría escapar de Hibernales, porque era, es, un proyecto eminentemente doméstico: sus canciones las compone y graba en un estudio creado “bajo” la cama de la habitación de invitados de su casa. Y, además, su socia artística en este caso es su hermana Elisa. Gracias a eso tenemos entre manos ‘Tu casa, mi casa’, un nuevo disco de este dúo que, pese a conservar el encanto de lo cocinado en el hogar, de lo accidental, sobrepasa las mejores expectativas y se propulsa a un estadio de psicodelia espacial que, la verdad, no sospechábamos.

Nos medio engañaron con sus adelantos: la delicada ‘Por amar’ y el tema titular, agitado por esa hermosa segunda parte en la que recitan una lista de cosas cotidianas guays de la vida diaria y que termina al estilo del Sufjan Stevens más ortodoxo, parecían anticipar un disco de pop bonito y de corte eminentemente acústico. Sin embargo, ‘Tu casa, mi casa’ es un disco aún más imaginativo, soñador y estimulante. Armados de sintetizadores de sonido marciano, cajas de ritmos que por momentos descabalgan, voces dobladas, chirridos y ruidos varios, Hibernales presentan, con permiso de Aries, la propuesta estatal más sugerente y ensoñadora a la hora de relacionar pop, psicodelia y electrónica.

Y es que para definir lo que escuchamos en canciones como ‘Luces Random’, ‘Los pies’, ‘Gente normal rara de encontrar’, ‘Quédate’, ‘Derechos al amor’, ’Si esto es guerra’ o ‘La fuerza centrípeta’ no se encuentran otros referentes que Dan Deacon, los Animal Collective de ‘Sung Tongs’ o Astrud, los de su último disco de electrofolclor. Sin embargo, esa es solo una de las facetas que muestran aquí. Además de esa cara semi-acústica descrita antes, aquí combinan igualmente el technopop casero y sin ambages de ‘Que parezca una broma’ como momentos más abstractos (‘Aproximadamente un minuto’, ‘Delay’, ‘Mi tiempo’) que muestran, a su manera, la deuda que dicen tener con Bartok y Ligeti.

También sus letras hacen de ‘Tu casa, mi casa’ una pieza de fuerte personalidad: entre momentos de cotidianidad, se impone un romanticismo tranquilo pero raro, con cierto toque inquietante. Como esos “tu aliento contiene todos los secretos de mis pensamientos” de ‘Gente normal…’ o el “cómo quisiera tocarte el pie” del corte titular (un fetichismo que certifica la surrealista ‘Los pies’). Si bien es cierto que cuenta con una secuencia extraña, que a veces parece dejar caer a plomo la tensión y la euforia generadas antes, haciendo que el disco vaya y venga, este segundo disco (en realidad, por el salto creativo experimentado, parece más un debut) muestra a Hibernales como mucho más que un proyecto paralelo. Tiene una entidad fascinante y confiamos en no tener que esperar 5 años para verla crecer.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Tu casa es mi casa’, ‘Luces Random’, ‘Por amar’, ‘Derechos al amor’
Te gustara si te gustan: los primeros Animal Collective, los últimos Astrud, Aries, Espanto.
Escúchalo: Bandcamp, Spotify

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Publicado por
Raúl Guillén
Tags: hibernales