En los últimos tiempos han «amargado» la existencia de Beyoncé situaciones como que uno de sus ídolos feministas haya cuestionado su feminismo o que la hayan acusado, desde varías vías, de plagio de ideas en una canción (‘XO’), en un vídeo (‘Countdown’) o de apropiación indebida en el sample de un tema ya sea por lo ético (‘XO’) o por lo artístico (‘Drunk in Love’). Por supuesto, el festín de nombres en los créditos de ‘Lemonade’ también dio lugar a críticas, por no hablar de que Knowles dedicara un disco entero a la infidelidad de su marido.
Hoy las noticias que pretenden «amargar» la vida a Beyoncé proceden de la familia de Messy Mya, el «youtuber» de Nueva Orleans asesinado en 2010 cuya voz es sampleada en el vídeo de ‘Formation’. «What happened at the New Orleans? Bitch, I’m back by popular demand» y «oh yes, I like that» son la dos icónicas frases de Mya integradas en el ya icónico -y muy «queer»- videoclip de Beyoncé
.La familia de Mya, informa TMZ, asegura que contactó al equipo de la cantante en su momento en relación a estos samples pero que nunca obtuvo respuesta por su parte y acusa a Beyoncé de haberse apropiado de la voz de Mya en su vídeo sin permiso. Exige 20 millones de dólares en concepto de royalties y «otros daños».
Hay que destacar que el sample de Mya efectivamente no está incluido en el audio de ‘Formation’ que se ha vendido individualmente en iTunes o en las copias físicas de ‘Lemonade’ sino en su videoclip, que no estaba liberado en Youtube hasta hace poco, aunque sí ha generado abundante contenido periodístico y cultural y aspira a un Grammy a Mejor vídeo, que, de nuevo, muy posiblemente logrará.
Más allá de motivos económicos, la denuncia de la familia de Mya implica que ha habido un abuso de poder por parte de Beyoncé contra Mya, pues mientras ella se ha lucrado y aumentado su popularidad con el vídeo de su canción, la familia de Mya asegura no haber recibido un céntimo y haber sido ignorada por el equipo de Knowles cuando ha exigido una respuesta o recompensa por el uso de su voz. Pero así es Hollywood: no podemos decir que nos sorprenda.