Dado que desde ese momento el único servicio de streaming en el que está disponible es Tidal, del que es accionista mayoritario, evidentemente estamos ante una estrategia empresarial para tratar de hacer remontar puestos a su propia compañía. Un servicio que no ha conseguido plantar cara en cuanto cifras y repercusión, al menos hasta el momento, a su competencia en los dos años que lleva en funcionamiento.
Ni la teórica mejora en la calidad del audio (con el sistema lossless, con el que se dice que Spotify ya está haciendo pruebas) ni la tan escenificada “co-propiedad” de artistas como Madonna, Daft Punk, Calvin Harris, Coldplay, Arcade Fire, Rihanna, Kanye West o Beyoncé, han logrado convencer a los usuarios de sus ventajas. ¿Será este el primer paso de la última cruzada de Tidal por ganar mercado? ¿Veremos en los próximos meses a otros de esos socios actuar como Carter? Sinceramente, no parece probable, ahora que el streaming contabiliza para el posicionamiento en listas de éxito y, sobre todo, se ha convertido en una fuente de ingresos fundamental para sellos y artistas de esa envergadura.
La estrategia de ofrecer contenidos exclusivos (esta misma semana asistíamos a una de esas acciones con un vídeo conmemorativo de la boda de Carter y su esposa), cuyo mayor ejemplo es el de ‘Lemonade’ de Beyoncé, que a día de hoy sigue siendo una exclusiva de Tidal, no parece haber tenido excesivo impacto en los usuarios que, en todo caso, puede haber beneficiado su venta de copias físicas. De hecho, hace unos meses pudimos ver cómo Kanye permitió, tras haberlo negado, que ‘The Life of Pablo’ llegara al resto de servicios de streaming tras anunciarse como una exclusiva, costándole incluso una demanda. Pero no se puede descartar nada, porque parece que, como en el mundo de la televisión, subyace una batalla empresarial.
No deja de ser significativo que este anuncio llegue solo días después de que Spotify haya anunciado un acuerdo con Universal Music (que, curiosamente, es la compañía en la que ahora mismo publica Jay Z) para ofrecer las novedades discográficas en exclusiva para suscriptores Premium durante las primeras semanas. También es significativo que esta operación llegue tras la venta, el pasado enero, del 33% de las acciones que Carter poseía de Tidal a Sprint, una corporación de telecomunicaciones norteamericana que, evidentemente, presionará para obtener réditos a su inversión. El sector audiovisual es, en estos momentos, un campo de batalla en el que puede pasar de todo.