El país que todo el mundo da por ganador este año en Eurovisión es Italia. La canción de Francesco Gabbani tiene el primer vídeo para Eurovisión que ha superado los 100 millones de reproducciones en Youtube, y su letra y su vídeo han tenido la ocurrencia de reírse del apropiacionismo cultural de Occidente. Italia suele caer en gracia en Eurovisión por razones que se me escapan y, pese a su gran cantidad de años de ausencia, suele quedar bien: de sus 6 últimas participaciones, 4 han llegado al top 10 y 2 de ellas al top 3 (!). Aunque parece que es el momento de Italia y su temática es original, ‘Occidentali’s Karma’ llega al festival pelín sobrevalorada como canción: se refugia en un pop-rock algo sobado y carente de mayor interés y en unos cambios estructurales algo desubicados en pleno 2017 (también en un humor un tanto cuñao). El momento gorila de la coreografía no habría sobrevivido a las críticas en España pero ahí está él, inamovible en el puesto 1 de las casas de apuestas. ¿Ganará o será el ‘J’ai cherché’ de este año? Ojalá lo segundo.
Al fin Portugal parece tener alguna posibilidad con esta preciosa balada muy de musical, ‘Amar Pelos Dois’, presentada por el expresivo -tanto, que se ha especulado con su salud- Salvador Sobral. Cuando se le mira se ve a un absoluto animal de escenario, no del tipo Iggy Pop, pero sí del tipo Lorde. Hay un poso de Astrud Gilberto en la deliciosa melodía, y también de Henry Mancini, en la que es posiblemente la mejor canción de este año. Rezando todo lo que me sé para que, como mínimo, el jurado la salve en la primera semifinal: Portugal no llega a una final desde 2010 (dos años no ha podido participar) y no son top 10 desde 1996. ¡Justicia para Portugal de una **** vez!
Rumanía, tradicionalmente uno de los países más efectistas, acude este año con un infierno de yodelling que, de manera muy imaginativa, han decidido titular ‘Yodel It’ y que mezcla, cómo no, folclore con un ritmillo hip-hop que seguro que gusta muchísimo al Nega. #NO Illinca y Alex Florea presentan el típico infierno de modernidad y tradición que me niego a escuchar una tercera vez por miedo a recordarlo hasta el día de mi muerte. «Como Eminem secuestrando a Heidi», dicen por ahí. Un 0.
Ramas de árboles sin hojas, gente vestida de negro, animales random… Woodkid se perfila como una influencia de nuevo en Eurovisión aquí de mano del pseudo-emo Kristian Kostov, de 17 años, concursante de The Voice Kids Russia y X Factor Bulgaria y con diastema a la moda. Bulgaria, que el año pasado se quedó con las ganas de ganar con la explosiva ‘If Love Was a Crime’, parte también como favorita, aunque el medio tiempo medio pintón ‘Beautiful Mess’, que podría ser de los primeros Hurts, aún ha de pasar la segunda semifinal.
¿Qué canción ha impedido a Loreen representar a Suecia por segunda vez? ‘I Can’t Go On’ del bellísimo Robin Bengtsson, a medio camino entre Adam Levine y Justin Timberlake, que realizará una coreografía en el escenario acompañado de bailarines, con toda la pinta de dejar al eurofán medio bastante engorilado. Se oyen muchas voces hartas de que Suecia domine el festival y sea eterna favorita, pero lo cierto es que tienen que seguir lidiando con las semifinales como uno más y este número entre Modern Talking y Maroon 5, con un puente ultra Olé Olé circa Luis Carlos Esteban, sería escandaloso que no pasara. ¿Qué queréis? ¿Más música étnica mezclada con rap? Abre la primera semifinal del próximo martes y ahí estaremos como un clavo para verlo.
Artsvik parte como favorita con ‘Fly With Me’, este intento, en mi opinión algo frustrado o como mínimo aburridillo, de meter en una batidora a The Knife, Woodkid y Helena Paparizou. El ensayo
no es especialmente prometedor y esto no es Aminata, pero con todo, ya hubiera querido Ruth Lorenzo defender algo tan medio moderno como esto. Porque sí, en cierta medida le pegaba.Hello? It’s me… Australia parece haber caído bien en Eurovisión y de momento el país que más madruga para ver el festival ha quedado 5º y 2º. Esta vez la clasificación también parece asegurada con esta balada en la línea de la última Adele (esos dos acordes de piano iniciales y finales), titulada ‘Don’t Come Easy’ y entonada por Isaiah, otro joven de 17 años salido de X Factor Australia VIII.
t.A.T.u. no ganaron Eurovisión después de ponerse a media Europa en contra con sus ademanes de estrellas venidas a más. Se arrepentirán toda su vida. Y sin embargo, la sombra de su influencia es alargada, sirviendo aún de inspiración a propuestas como esta. Ecos de neones ochenteros y ‘Drive’ y bien de humo en el vídeo de ’Skeletons’, un correcto medio tiempo de corte electrónico y medio siniestrillo, en el que funciona incluso la afectada interpretación de Dihaj. Los ensayos prometen una puesta en escena vistosa. Clasificación segura de nuevo para Azerbaiyán, uno de los países más fans del festival (tanto que a veces hasta se les ha ido un poquito la olla por el camino).
Uno de los países que mejor ha tomado nota de la moda imperante en las radios (de hace 1 año o 2) vuelve a ser Bélgica. Esta vez envían a Blanche con una canción llamada ‘City Lights’ que se mueve entre los patrones estéticos de Alan Walker, los melódicos de Avicii y la sobriedad de Lorde. Entretenido y bastante sutil. Una pena que las críticas a los ensayos estén siendo pésimas. Podría quedarse por el camino tras semanas estando entre las favoritas… en una nueva parte del Día de la Marmota. We LOVE Kate Ryan.
También un eco a radio 2015, pero bastante lejano, solo presente en la base musical, tiene la canción de la danesa Anja. ‘Where I Am’ es, por encima de modas, un medio tiempo cuyo encanto se ha depositado al 95% en la miniexplosión del estribillo y el grito de turno. Agradable como el té verde de media tarde. ¿Me he tomado ya el segundo o se me ha pasado?
Francia va aproximadamente 11ª en las apuestas, lo cual puede significar que quede en el bottom 5. Al país vecino le faltan claramente aliados: no quedan top 5 desde 2002 pese a ir automáticamente a la final y el año pasado solo pudieron ser sextos con el temazo de Amir, que tardarán años en superar. Este año ‘Requiem’, que ha tenido que introducir frases en inglés para poder competir (se ha descubierto que la canción es más vieja de lo que permitían las normas), mezcla los ritmos del belga Stromae con el pop de una Alizée, mientras el vídeo muestra un tango y lugares típicos de París. ¿Solo falta algo tipo Los Del Río para que aquí haya más mejunje que en el cartel del SanSan o esto es justo lo que se busca en Eurovisión? ¿Habrán aprendido algo de su fallida puesta en escena del año pasado?
Grecia se consolida una vez más como uno de los países más ambiciosos con esta princesa Disney de rojo sobre fondo gris que ve transformada su aburridilla balada en un número de dance antiguamente llamado poligonero que une a negros y blancos, jóvenes y gente de mediada edad. Que se quite de en medio Benetton. ‘This Is Love’ se llama la propuesta por la paz mundial de Demy, por si a alguien no le había quedado claro. Atención al final, ultra Dido circa ‘Take My Hand’.
El espíritu de Modern Talking sigue vivo en cadencia en Eurovisión a través de la parejita de Estonia. O si no atentos al minuto 0.45. Ellos son Koit Toome y Laura (así a secas) y acuden con un medio tiempo llamado ‘Verona’ que ha calado por razones que son totalmente “classified”. La melodía no da más volantazos porque, debido a las normas del festival, no puede durar ni un segundillo más.
Entre las baladas con más posibilidades, la finesa. Norma John tiene un timbre parecido a Jennifer Rush, ‘Blackbird’ tiene cierto eco en sonoridades a la Enya más oscura, pero a su vez la canción es apta para seguidores de Céline Dion. Parece que la puesta en escena, al piano, no será estridente ni hortera y en su minimalismo puede estar su virtud.
O’G3NE es un trío formado por 3 hermanas (2 de ellas gemelas) con bastante fuerza visual. Una pena que nadie les enviara un simpático enlace a Spotify con el disco de HAIM a tiempo para presentarse a Eurovisión. «Mejor imitemos a The Corrs, que son las que lo petan ahora mismo», parecen decir. Lucharán por clasificarse en la segunda semifinal.