Este baladón de Lavigne, probablemente el mejor de su carrera, vivió un nuevo momento de gloria en 2011 cuando Rihanna incorporó parte de su melodía en ‘Cheers (Drink to That)’, el séptimo sencillo lanzado de su cuarto disco, ‘LOUD’, que vendió varios millones de copias.
‘My Happy Ending’ fue el gran éxito que produjo el segundo álbum de Lavigne, ‘Under My Skin’, sin embargo, no queríamos dejar de recordar el emo-rock sombrío de ‘Nobody’s Home’, que relata la historia de una adolescente perdida en el mundo. Muy Evanescence, pero no estaba mal (como muchas canciones de Evanescence).
Reinventada en princesita otaku o algo parecido (muchos fans se sintieron estafados por este cambio de imagen), Lavigne consiguió un exitazo con el single que presentó su tercer disco, ‘Girlfriend’, que fue una de las canciones más vendidas de 2007, en parte gracias a su mítico videoclip.
Imposible ignorar la imprenta de Max Martin en el single que adelantó el disco peor vendido de la carrera de Lavigne -hasta el último-, un ‘What the Hell’ infeccioso como un chicle que ha aguantado muy bien el paso del tiempo, quizá porque no tanto ha cambiado en el pop desde su salida en 2011, y si no que se lo digan a Justin Timberlake, P!nk o Katy Perry.
El disco homónimo de Lavigne era un cuadro en muchos sentidos: la producción era pésima, las colaboraciones peores todavía y la calidad de las canciones, algunas de las cuales coqueteaban espantosamente con el dubstep, muy cuestionable. Se salvaban algunas, entre ellas el bonito medio tiempo ‘Give You What You Like’, que sobre todo sirve a Lavigne de puente para presumir su preciosa voz.