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El calor no impide que Sevilla pueda ser interestelar

La idea de que Sevilla e indie no pueden ir en la misma frase está, afortunadamente, cada vez más desfasada, y en ello influyen la apuesta constante que hacen ciertas salas y pubs y también las organizaciones de eventos como el Festival Interestelar, cuya segunda edición (tras el coitus interruptus por la lluvia de la primera) tuvo lugar el pasado fin de semana en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, junto al Monasterio de La Cartuja. Foto: Nerea Coll.

VIERNES 19 MAYO

La peor suerte en cuanto a asistentes se la llevaron los grupos de la tarde tanto el viernes como el sábado, no ya por el horario en sí, sino porque ese horario a estas alturas de mayo en Sevilla trae consigo unas temperaturas que mantuvieron a la gente en sus casas (o bebiendo en el río) hasta bien entrada la tarde-noche… y, para los que sí habían acudido puntuales, supusieron un Battle Royale para ocupar las sombras de los árboles. Por tanto, los artistas de estos intervalos tuvieron que emplearse a fondo para ganarse a los presentes, y lo cierto es que se puede decir que lo consiguieron. Viva Suecia se reafirmó como grupo del que hay que estar pendiente: con una velocidad de crecimiento considerable para solo dos discos, repartieron temas como ‘Bien por ti’ o ‘Palos y piedras’ del primero (‘La Fuerza Mayor’) o ‘A donde ir’ y el generacional ‘Hemos ganado tiempo’ del nuevo ‘Otros principios fundamentales‘. Jairo Zavala, el hombre detrás de DePedro, fue el siguiente en enfrentarse al calor, ahora en el escenario Cruzcampo, y ofreció a sus seguidores ‘¿Hay algo ahí?, ‘La memoria’ o ‘Déjalo ir’ mientras éstos hacían excursiones a la barra para aprovechar el 2×1 en cervezas. Acabó con eso de “¿de qué me sirve la cama, llorona, si tú no duermes conmigo?”, comentando que no estaba acostumbrado a interpretar ‘Llorona’ con el sol de frente.

Le siguió en el escenario Negrita Delafé, con un Óscar D’Aniello que no paró de moverse (y hacer mover) a los allí congregados -un mérito con ese calor- durante todo el show, en el que no faltaron canciones de ‘La fuerza irresistible‘, pero también de su etapa anterior, como ‘Espíritu Santo’, y un arsenal de samples con los que se metió en el bolsillo a quienes no le conocían (del clasicazo de Marvin Gaye ‘Sexual Healing’ al ‘Crazy in Love’ de Beyoncé o incluso ‘All that She Wants’ de Ace of Base). Llegó el turno de Neuman, que sorprendieron con el número de guitarras distintas que llegaron a sacar a lo largo de su repertorio, en el que no faltaron hits como ‘Turn It’ o ‘Tell You’, y por supuesto la reciente ‘Boystar’. El shoegaze de los murcianos fue dando la bienvenida, ya sin tanto calor, a la gran masa de gente que comenzó a llegar entre las siete y las ocho, cuando dieron paso a Carlos Sadness, con quien el número de asistentes se incrementó considerablemente.

El concierto de Sadness supuso la primera gran aglomeración de la noche, con multitud de fans dándolo todo en ‘No vuelvas a Japón’, ‘El Gran Momento’, ‘Qué electricidad’ o ‘Miss Honolulu’, algo que fue agradecido por el autor de la reciente ‘Amor Papaya’: “venimos de México y la verdad es que echábamos de menos este Spanish mood”, dijo antes de cerrar con ‘Groenlandia’ y ‘Hoy es el día’. Carlos le pasó el testigo a uno de los cabezas de cartel del festival: José María Sanz Beltrán, en otras palabras, el Tito Loquillo, que abrió con ‘Salud y Rock and Roll’. Más temas de ‘Viento del Este’, su último disco, le sucedieron, para seguir luego con otros no tan recientes como ‘El hombre de negro’, ‘El ritmo del garaje’o ‘El Rompeolas’ y por supuesto los que no podían faltar: ‘La mataré’, ‘Cadillac solitario’, ‘Feo, fuerte y formal’ y ‘Quiero un camión’, con los que hizo bailar a un público que por unos minutos retrocedió veinte años… y también a muchos veinteañeros. No en vano diría poco después Santi Balmes: “es un jodido marrón tocar detrás de una leyenda como Loquillo”.

El plato fuerte del día llegó con Love of Lesbian. Apostando fuerte por su último disco como vienen haciendo en el resto de conciertos, abrieron y cerraron con temas de ‘El Poeta Halley’: ‘Cuando no me ves’ y ‘Planeador’, respectivamente, además de tocar ‘Bajo el Volcán’ e ‘Incapacidad Moral Transitoria’. Pero, aunque se corearon éstas del mismo modo que ‘Nadie por las calles’, ‘Belice’ o la inesperada ‘Noches Reversibles’, los minutos más mágicos del concierto se los llevó un tema de ‘1999’: ‘Allí donde solíamos gritar’ derritió a sus seguidores, como era de esperar. Tampoco faltaron los “momentos lololo” de ‘Incendios de nieve’ y de ‘Toros en la Wii’ (con el verso de ‘Amante Bandido’ que es ya tradición) y el éxtasis de ‘Me amo’ (beso entre Santi y Jordi Roig incluido). No es casualidad que a LoL les siguiesen León Benavente: considerados por muchos medios como sus hermanos pequeños, gran parte del público debe pensar también así, porque no hubo la estampida esperable tras ‘Planeador’, sino que muchos se quedaron a escucharles. Abraham Boba cantó casi la totalidad de ‘2’ (entonó ‘La Ribera’, ‘Gloria’, ‘Tipo D’, ‘Habitación 615’ o ‘California’), pero también hubo espacio para temas del reciente EP ‘En la selva’, y para ‘Ser Brigada’ (que volvió loco al público) o ‘Ánimo Valiente’ del primero.

Y para los que se quedaron con ganas de más, el dance de We Are Standard sentaba como un guante a las altas horas de una calurosa noche (“qué calorcillo más bueno tenéis en Sevilla”, bromearon antes de ‘Upside Down’) y, como broche final, la división del público ante el show de los malagueños Les Castizos (a muchos les encantó, pero a más de uno se le oía diciendo “¿quiénes son estos y por qué están destrozando ‘Smells like teen spirit’ y ‘Mr. Brightside’?”). Ellos, por su parte, aseguraban estar “flama, como decís aquí vosotros”. Tanto el escenario Coolway como la Carpa Obbio, que durante el día estaban más tranquilos, incrementaron notablemente su público a estas horas en los dos días (y, una vez que cerraba el festival, la propia Sala Obbio se disputaba con los pubs de la Alameda a los valientes que aún querían más fiesta).

SÁBADO 20 DE MAYO

El mismo problema del calor lo tuvieron al día siguiente los jienenses Guadalupe Plata, que a pesar de ello presentaron con energía temas de su nuevo disco como ‘Qué he sacado con quererte’ y también de sus anteriores discos (con especial entrega del público en ‘Calle 24’); y también Corizonas, que presentaron temas de ‘Nueva Dimensión Vital’, su último disco, y también de ‘The News Today’, el álbum con el que comenzó este experimento que agrupa a miembros de Arizona Baby y de Los Coronas y del que no faltó ‘Run to the River’. Las altas temperaturas acompañaron también a L.A.

mientras presentaban ‘Wind’ y otros temas de ‘King of Beasts’, su nuevo trabajo, con un estupendo directo: Luis Alberto Segura bromeó en una ocasión con la posibilidad de que el talento de las bandas mallorquinas fuese por las ensaimadas, y más de uno se debió pensar seriamente la posibilidad de comprar unas cuantas tras escucharles en vivo dar cuenta de éste y de sus discos anteriores.

Irónicamente, el fuego en el aire empezó a dar un respiro con La Habitación Roja, cuyos más de 20 años a sus espaldas se notan. Para bien. La banda de Jorge Martí, Pau Roca, José Marco, Jordi Sapena y Marc Greenwood mantuvo el nivel durante toda la hora, interactuando con los fans (las primeras filas agradecieron el agua que lanzaron en ‘La moneda en el aire’) desde ‘La segunda oportunidad’, con la que abrieron, hasta cerrar con el público coreando ‘Ayer’, sin faltar ‘Un día perfecto’, ‘El eje del mal’ o ‘De cine’. Los murcianos Second fueron los últimos en pisar el escenario Negrita antes de la llegada de Los Planetas, y además de aprovechar para tocar ‘Invierno dulce’, su último single, encandilaron a su público cuando cayeron cortes de discos anteriores como el inmediatamente previo ‘Viaje Iniciático’ (‘Atrévete’), ‘Montaña rusa’ (‘Las serpientes’, y especialmente ‘2502’) o ‘Fracciones de un segundo’ (‘Rincón exquisito’). De vuelta al otro escenario, llegó la hora de los profetas en su tierra: Maga, después de asustar a sus seguidores con su descanso en 2014, ha entregado este año su primer disco con material nuevo desde 2011, y lo ha hecho, como ellos mismos nos contaban, con una deriva más luminosa, que se notó en un concierto que, esta vez, no tuvo a la lluvia en contra. Presentando canciones de ‘Salto Horizontal’ como ‘Cuando nadie me escriba’ o ‘Por las tardes en el frío de las tiendas’, hubo también hueco para ‘Silencio’, ‘Hagamos cuentas’ y, por supuesto, ‘Diecinueve’ (una pena que en esta edición no estuviese, como en la anterior, Iván Ferreiro para marcarse una colaboración).

Y, finalmente, el turno de Jota y compañía, que con 25 años de historia no solo conservan sus seguidores sino que ganan nuevos, muchos de ellos no interesados a priori por el indie: el ‘Ready pa morir’ de Yung Beef puede tener algo que ver, a juzgar por la cantidad de adolescentes entonando las estrofas incluidas en ‘Islamabad’ (cuyos siete minutazos fueron los elegidos por Los Planetas para comenzar), y que se quedaron después para escuchar más temas de su ‘Zona temporalmente autónoma’. Así, vieron en directo, por ejemplo, ‘Porque me lo digas tú’, ‘Libertad para el solitario’ o la estimulante ‘Espíritu Olímpico’, y de paso conocieron -si no las conocían ya- cortes más clásicos como ‘David y Claudia’, ‘Corrientes circulares en el tiempo’, ‘Alegrías del incendio’, ‘Rey Sombra’, ‘José y Yo’ o ‘Santos que yo te pinté’.

Otros que a estas alturas tienen poco que demostrar son Marc, Jesús y Axel, los componentes de Sidonie. El hándicap de tocar justo antes de Fangoria supuso que hacia la mitad del concierto se fuese produciendo poco a un poco un éxodo al otro escenario para pillar sitio (aunque las primeras filas ya estaban imposibles), pero un número importante de fans se quedó con los barceloneses y coreó sus canciones fielmente hasta el último momento. Así, fueron haciendo un recorrido por su discografía para su público, empezando precisamente por el final: ‘Os queremos’, de su último disco, ‘El peor grupo del mundo’, abrió el recital, donde cabían más cortes nuevos, como ‘No sé dibujar un perro’, pero también otros más clásicos como ‘Un día de mierda’ o ‘Nuestro baile del viernes’, hasta llegar a una delirante despedida con ‘Me colé en una fiesta’ de Mecano de fondo…

…que, por supuesto, corearon también los que esperaban en el escenario de al lado a Fangoria, casi enlazando ese improvisado karaoke con la también ochentera ‘Rey del Glam’, la escogida por Alaska y Nacho para abrir el que podría decirse que fue el concierto más multitudinario de todo el festival. En el setlist hubo más clásicos, y sí, el público se volvió loco con ‘Ni tú ni nadie’, ‘A quién le importa’ y, por supuesto, al cerrar con el mix de ‘Bailando’ (no tenían precio las caras de algunos cuando Alaska empezó a versionar a Sonia y Selena), pero no fue necesario tirar mucho más de clásicos ochenteros porque la gente ya lo daba todo con las canciones 100% Fangoria. Desde luego es de alabar el hecho de que, con tantos años de carrera, sigan teniendo hits más allá de ganar dinero con discos y giras (podrían prestarle algo de esa suerte a Madonna… y sí, os invito al chupito, pero es inevitable pensar en ella con esa frase). Porque hablamos de ‘No sé qué me das’ o ‘Absolutamente’ -reverencia a Sara Montiel incluida-, pero también de ‘Dramas y Comedias’ y de ‘Fiesta en el infierno’ -que parece confirmarse como preferida del último disco- y del resto de singles de ‘Canciones para robots románticos’, como el que acaba de anunciarse, ‘Iluminados’, gracias también a la puesta en escena y a los dos bailarines, que conquistaron al público y luego defendieron ellos solitos los mini-interludios.

En definitiva, esta segunda edición ha sido una estupenda forma de quitarse el agridulce sabor de boca de la anterior, con un cartel que, si bien no era tan ambicioso como en octubre, se ganó igualmente el favor del público, asegurándose un más que probable éxito de entradas de cara a la tercera edición (que tendrá lugar en mayo del año que viene) y también de cara al Picnic Interestelar de finales de septiembre. Además, ayuda a consolidar el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo como un lugar ideal para albergar este tipo de eventos, como ya han ido demostrando a pequeña escala este año las ediciones de Mr. Saturday (la última, hace solo una semana), y a mayor escala en anteriores años las de Nocturama y el extinto Territorios… y ayuda también a que, en general, Sevilla se quite el complejo de inferioridad que, como decíamos al principio, parece que tiene en estos temas frente a Madrid, Barcelona y Valencia. Y que no debería tener.

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