Música

Saint Etienne / Home Counties

Saint Etienne llegan a su noveno disco, ‘Home Counties’, con el chip cambiado. Cinco años después de ‘Words and Music by Saint Etienne‘, uno de los mejores álbumes de su carrera, dicen que ya les da igual que un single se les quede «en el puesto 41 de las listas británicas». Bob Stanley es tan fan de los «charts» que su imprescindible libro sobre la historia de la música pop, ‘Yeah Yeah Yeah‘, se centra en la música que ha llegado al top 40 de las listas de Reino Unido desde la década de los 50, y tiene que haber sido de lo más frustrante comprobar cómo hitazos claros de su banda se reducían a «potenciales». Sucedió con ‘Action’, que se quedaba eso, en el puesto 41; con ‘Soft Like Me’ y ‘Side Streets’, que sí entraban en el top 40 aunque por los pelos; con ‘A Good Thing’ y ‘Method of Modern Love’, que quedaban fuera del top 40; y con ‘Tonight’ y ‘I’ve Got Your Music’ de su último disco, que ya ni siquiera alcanzaban el top 200 británico.

Sin opción de éxitos en el mundo del streaming, Saint Etienne han decidido pasar ya del tema de entregar hits para que cuatro gatos alabemos su potencial y ya, y ofrecer otra cosa, abriendo el debate sobre si Pet Shop Boys deberían hacer lo mismo y probar algo que no implique EDM a duras penas sofisticado ni a Stuart Price a los mandos de la producción. El trío formado por Sarah Cracknell, Bob y Pete Wiggs publica ahora uno de sus álbumes más largos, con 19 pistas (aunque hay intros e interludios), sin single de synth-pop demasiado evidente y, lo que es más importante, con cambio de temática. Si a lo largo de su carrera nos han hablado en reiteradas ocasiones de Londres, en este caso nos vamos a las afueras, a los suburbios, a los «condados del sudeste» de Inglaterra de los que en verdad proceden los tres. Son los lugares que han dado la victoria al Brexit, porque como ellos mismos indican, «no todo es como Londres» dentro de Reino Unido. Así, ‘Whyteleaf’, por ejemplo, habla de una persona que de repente se da cuenta de que es la única de toda su oficina que ha votado «remain» en el referéndum del Brexit, cuestionándose si toda su vida habrá sido un error.

Los trenes que comunican Londres con esos «home counties» tienen un especial protagonismo para orquestar el disco, sirviendo de eje a ‘Sweet Arcadia’ -en su segunda mitad un poco demasiado música de sexy thriller incluso para ellos, que ya han hecho alguna banda sonora- y dando lugar a grandes canciones como ‘Train Drivers in Eyeliner’, en la que no solo han convertido el estribillo «we need train drivers» en una suerte de grito reivindicativo, sino que han indagado acerca de los gustos musicales de los «conductores de tren»… lo que ha llevado esta simpática canción a ser «la primera canción de Saint Etienne que referencia ‘Fool For Your Loving’ de Whitesnake». Es, además, un homenaje al líder de Earl Brutus, Nick Sanderson

, que terminó siendo conductor de tren de la ruta Brighton-Londres hasta su muerte de cáncer en 2008.

Estamos, pues, ante historias que son puro costumbrismo. Lo confirman ese interludio con resultados random de fútbol regional o ese otro llamado ‘Popmaster’ con la voz de Ken Bruce, un presentador de Radio 2, la emisora de radiofórmula para treintañeros de Reino Unido. Pero también hay lugar para la fantasía o la imaginación y el extraño adelanto de ‘Heather‘ suena tan tenebroso y «fantasmagórico» porque cuenta la historia de un falso poltergeist de Einfield del que se habló mucho en la zona. De ahí han salido ese estribillo «this house is haunted» y también ‘Expediente Warren: El caso Enfield‘.

Pese a alguna broma interna como ‘The Reunion’, que solo vale para introducir el disco y bromear sobre el hecho de que puedan salir en Radio 4 y por tanto en todas las cadenas de la BBC, «como los Beatles», no se ha perdido de vista la universalidad, y ‘Out of my Mind’ vuelve a ser un buen single, el típico buen single de electropop del trío «que no puedes sacarte de la cabeza»; ‘Underneath the Apple Tree’ agradece su ritmo Motown; ‘Magpie Eyes‘, con su tétrico teclado, es una buena canción que relata en verdad el dolor de perderte el crecimiento de tus hijos por culpa de las obligaciones laborales; ‘Unopened Fan Mail’, ‘Take It All In’ y ‘Something New’ están entre las buenas melodías que se construyen sobre sutiles arreglos de clavecines, trombones, trompetas, hammonds, mellotron… Y ‘Dive’ nos recuerda que un británico, sea de donde sea, siempre estará dispuesto a tomarse unas pintas en una buena fiesta, sea en Ibiza o más bien en Brasil.

Hay cierta intención escapista planteada desde la bonita y casi inicial ‘Something New’ a la casi final y algo inacabada ‘What Kind of World’ -que plantea «encontremos otro país (…) encontremos otro planeta»-, pero una de las grandes virtudes del disco es que no destila esa arrogancia de gente procedente de pequeños pueblos emigrada a la gran ciudad, ni una excesiva nostalgia, ni ninguna enorme carga dramática de ningún tipo. Aquí no hay ni patriotismo ni una crítica severa sino puro retrato. Una pista como ‘Church Pew Furniture Restorer’ nos recuerda que Inglaterra es lo que es, y no lo es ni para bien ni para mal, como cualquier otro lado.

Saint Etienne dicen que son «como AC/DC» y ya solo sacan disco «cuando tienen algo nuevo que decir», «aunque sea cada 5 o 6 años» y la verdad es que se agradece: ‘Home Counties’ es un disco, como «Words & Music» y ‘Tales from Turnpike House’, 100% Saint Etienne en estructura y melodías, pero con nuevas e interesantes historias en las que ahondar en los próximos meses. En una época en que el soporte físico está en decadencia, está bien que alguien recuerde que no, que los álbumes no son una cosa de usar y tirar. De ahí probablemente la paródica portada del álbum.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Dive’, ‘Out of my Mind’, ‘Magpie Eyes’, ‘Train Drivers in Eyeliner’
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Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Sebas E. Alonso