Más allá del recuerdo a sus fans, también presente en el merchandising, con camisetas “One Love Manchester” ocupando parte de la estantería, el espectáculo de Ariana Grande es tan variado como su discografía. La cantante abre set con una coqueta ‘Be Alright’ que solo necesita una coreografía de voguing para emocionar… y Grande “voguea” muy finamente, también hay que decirlo. Otros temas como ‘Dangerous Woman’, ‘One Last Time’ o ‘Moonlight’ solo la requieren a ella cantando en el escenario, entregando su voz a sus seguidores, sin mucho más ornamento. Luego en ‘Side to Side’ pone toda la carne en el asador y de repente se monta en el escenario un gimnasio como el de su videoclip y te preguntas si realmente llevas todo el rato en el mismo concierto.
A veces esta variedad roza la inconsistencia. Por supuesto la gira ‘Dangerous Woman’ se enfoca sobre todo en Ariana Grande y su prodigiosa voz, pero por eso la puesta en escena parece no algo secundario… sino algo secundario en según qué canciones y algo completamente esencial en otras. Es casi como si a Grande se le ocurriera qué hacer con ellas in situ. La puesta en escena de luces de ‘Problem’ es llamativa, como la de ‘Break Free’, luego para un espectáculo de canción como es ‘Into You’ no se hace absolutamente nada y para ‘Bang Bang’ y ‘Love Me Harder’ tampoco. Suerte que ponen a Nicki Minaj en pantalla durante su rap… porque a Iggy Azalea y a The Weeknd no.
Esta incoherencia se traduce naturalmente en el set de canciones de ‘Dangerous Woman’. Porque a pesar de que Grande es una estrella mundial, lo que trae es un concierto R&B, que es donde mejor se desenvuelve. De hecho es una pena que anoche no recuperara una sola canción de su primer disco, cuando ‘Baby I’, ‘Right There’ o ‘The Way’ son tres canciones sensacionales, pero otras como ‘Sometimes’, ‘I Don’t Care’ o ‘Leave Me Lonely’ rebajan mucho el entretenimiento del show frente a los hits, y no porque no sean rompepistas discotequeros sino porque no son tan buenas. Si por lo menos Grande hubiera hecho la celestial nota final de ‘Touch It’… pero tampoco. Un poco a medio gas todo.