Música

Tour «Devuélveme mi joda»: Hombres G y Taburete reunirán a dos generaciones de niños pijos

Todos sabemos el predicamento que hoy en día tiene el grupo Taburete entre los jóvenes cachorros de las clases más acomodadas, que les permite llenar (apoyados al parecer en el empleo de big data), tras haber publicado solo dos álbumes (‘Tres tequilas’ y ‘Dr. Charas’) publicados en dos años, un recinto como el WiZink Center de Madrid, el antiguo Palacio de los Deportes. Y si hay un grupo que, en su momento, tuvo un éxito descomunal también cimentado entre la clase media-alta y en sus wannabes (cuando tales cosas existían en nuestro país) ese es Hombres G.

El tiempo –más de 30 años de carrera– les ha procurado a estos últimos cierto respeto de otros espectros musicales y el reconocimiento generalizado a grandes canciones pop como ‘Marta tiene un marcapasos’, ‘Devuélveme a mi chica’, ‘Venezia’ o ‘Voy a pasármelo bien’. Incluso han recibido un Grammy honorífico por toda su carrera, en 2006. Pero, sobre todo en sus orígenes, siempre fueron menospreciados y vilipendiados por tratarse, al menos teóricamente, de niños pijos con guitarras, al igual que el grupo de Willy Bárcenas, hijo del ex-tesorero del Partido Popular: recordemos que su base de fans se hacía llamar Pijos a Muerte

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Por eso parece del todo coherente que ambos hayan accedido a participar en una gira conjunta llamada a reunir a padres e hijos pijos, a celebrarse por todo el país durante los meses de septiembre, octubre y noviembre en fechas y ciudades aún pendientes de anunciar. El cartel promocional y las fotos, que reúnen a ambas bandas en las gradas de una plaza de toros, son de dudoso tino. Aunque peor aún parece el nombre del tour: ‘Devuélveme mi joda’. “Joda” se emplea en Latinoamérica como sinónimo de “broma”, aunque al parecer el grupo lo emplea en el sentido de “fiesta”. Dado que no tiene sentido en el contexto de la frase, este redactor deduce que el nombre pretende ser una puesta al día de aquel estribillo “Devuélveme a mi chica”, y lo cierto es que la traslación no puede ser más repugnante en fondo y forma. En algún momento alguien ha pensado que era simpático unirlo al célebre «devuélveme a mi chica», pero no, no lo es.

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Publicado por
Raúl Guillén