Lo imaginábamos el sábado y tras la última jornada del Low 2017, se confirma: la recién finalizada edición del festival ha batido récord de asistencia, con cerca de 83.000 personas paseándose por la Ciudad Deportiva Guillermo Amor a lo largo del fin de semana. Con tales cifras, se augura un buen futuro para un evento que cumplirá su décimo aniversario el próximo año. El domingo estaba copado por bandas nacionales y, aunque hubo participación internacional, como la de Mando Diao, los mejores conciertos los dieron los de casa. A destacar, la garra de Triángulo de Amor Bizarro o los momentos épicos vividos con Lori Meyers. Fotos: Javier Rosa (Low).
Los primeros en salir a escena el domingo fueron Agorazein, el colectivo de trap liderado por C. Tangana. Aún con el alabado ‘Siempre’ en la retina y la actitud entre desenfadada y altiva a la que ya nos tienen acostumbrados, repasaron temas conjuntos como ‘Tentación’ o propios de Tangana, como la polémica ‘Los Chikos de Madriz’. El sol aún era de justicia, pero aun así un considerable número de asistentes presenciaron la actuación. Se notaba la juventud predominante en el público (también había asistentes talluditos, no obstante), pero al final la propuesta de AGZ nunca deja indiferente, con o sin salto generacional. En el escenario Wiko, los valencianos Lígula tiraban de guitarras atmosféricas y medios tiempos melancólicos que les acercan a artistas como Doves o Elbow para ofrecer un sano cambio de perspectiva frente a otras bandas del cartel, que tiran más de músculo. Su próximo trabajo está aún por terminar de grabarse, así que mientras tanto repasaron cortes de su interesante ‘Distant Stairs’. Una banda muy a tener en cuenta.
Anni B Sweet está poniendo punto y final este verano a la gira de presentación de ‘Chasing Illusions’ tras más de dos años paseándolo por múltiples escenarios y uno de los últimos en presenciar la gira fue el Estrella Damm del Low. Con la evolución sonora del nuevo disco hacia terrenos donde hay más peso de guitarras eléctricas y sintetizadores, Anni aprovechó para interpretar alguna cara b del mismo, como ‘Hide & Show’, pero también para mirar atrás en su discografía y darle esa nueva pátina a temas primerizos como ‘Oh I Oh Oh I’. En el escenario Matusalem, llegaba el turno de Triángulo de Amor Bizarro. Qué se puede decir de ellos que no se haya dicho en el último año y medio: ‘Salve Discordia’ es probablemente su mejor trabajo hasta la fecha y lo han presentado exitosamente, concierto tras concierto, cosa que también pudimos presenciar el domingo. Pulso, garra, distorsión y pegadizas melodías en temazos como ‘Barca Quemada’, ‘Gallo Negro Se Levanta’ o las ya clásicas ‘Amigos del género humano’ o ‘El fantasma de la transición’. Se merendaron al público una vez más.
En la noche del domingo hubo conciertos espectaculares tanto en lo musical como en lo visual y uno de ellos fue, sin lugar a dudas, el de Lori Meyers, quienes ya venían cuidando bastante el aspecto estético de sus shows en anteriores giras, pero en la gira de ‘En La Espiral’ se lo han currado de una manera asombrosa. Con el escenario Estrella Damm a reventar, fue emocionante verlos ocultos tras una pantalla gigante en la introducción, con ‘Vértigo I’, tras la cual se elevaba la pantalla y ponían al público a bailar con ‘Planilandia’. Se movieron constantemente entre temas ensoñadores y enérgicos, como los citados o ‘Emborracharme’, ‘Pierdo El Control’, ‘Océanos’ o ‘Todo lo que dicen de ti’. La mayor parte del repertorio estuvo dedicada a sus tres últimos trabajos, pero tampoco se olvidaron de sus fans añejos al recordar cortes como ‘Ham’a’cuckoo’. Habrá diversas opiniones, pero para el que escribe, fue el mejor concierto de la noche. Quién tuviera el don de la ubicuidad, pero al no poder estar en todas partes, dio tiempo de ver un poco a Xoel López haciendo una retrospectiva de toda su discografía y, de vuelta frente al escenario principal, tocaba ver a unos Mando Diao que, como el propio Bjorn Dixgård -ahora el único frontman tras la marcha de Gustaf Norén- confesaba en el concierto, han pasado por tiempos difíciles y es cierto: tras múltiples cambios de formación y bandazos estilísticos, hoy en día los suecos distan mucho de ser la gran banda de rock and roll que fueron en la pasada década. Es irónico que su nuevo álbum se llame ‘Good Times’, porque salvo el pasable single ‘All The Things’, el presente no es el mejor de los tiempos para los de Borlange. Olvidándose prácticamente de sus primeros álbumes, el concierto incluyó demasiados temas nuevos y solo despegó de verdad cuando tocaron ‘Dance With Somebody’, lo cual dice mucho.
Tras el anodino show de Mando Diao, era hora de ser salvados del tedio por El Columpio Asesino, quienes han regresado este verano para dar unos pocos conciertos por la península. La madrugada de Benidorm les es propicia, pues repetían escenario y franja horaria para encender su oscura máquina de baile con temas como ‘Escalofrío’, ‘Babel’, ‘Vamos’ o, cómo no, ‘Toro’. También con el baile en mente, pero siempre en el lado más espectacular y teatral, Fangoria ofrecían en el Estrella Damm otro de los grandes conciertos de la noche del domingo. Su puesta en escena, entre proyecciones y cuerpo de baile incluido, es incontestable: saben lo que quiere su público y se lo dan. Alaska y Nacho viajaron al pasado para recuperar himnos de los Pegamoides y Dinarama, esperados y celebrados, como ‘Bailando’ o ‘A quién le importa’, pero su presente importa mucho y no lo olvidaron, tocando cortes como ‘Disco Sally’ o ‘Geometría Polisentimental’, de su último trabajo. Todo el foso era una fiesta y pocos de los que estaban en las gradas se quedaron sentados.