Televisión

‘Me cambio de década’: ¿experimento social o ejercicio de nostalgia?

La pasada semana Antena 3 estrenaba, oh maravilla, un formato más o menos novedoso a medio camino del experimento social y el reality. ‘Me cambio de década’ plantea la inmersión de una familia moderna (una pareja formada por un DJ y una azafata, cada uno con una hija adolescente de una relación anterior y un niño pequeño en común) en el día a día de una familia-tipo española en una década distinta a la que les ha tocado vivir. Una especie de ‘Cuéntame cómo pasó’ express y sin ficción.

En el caso del primer capítulo emitido el pasado lunes, los Vela Celena fueron invitados por el omnipresente Arturo Valls (que respiren tranquilos sus detractores: su presencia en el programa es más de voz en off que otra cosa, aunque aparece un par de veces y está relativamente contenido) a “viajar” a los años 60. Ataviados con un look más propio del plató de ‘Mad Men’, la familia se enfrentaba a dramas como la de limpiar animales muertos (una gallina cadáver que se tiró un pedo fue uno de los momentos culminantes del programa) para alimentarse, vivir sin refrigerador y televisor o asimilar las discriminaciones por sexo aún más recrudecidas que hoy en día.

El planteamiento y el montaje del programa (un poco a la ‘QQCCMH‘) son bastante ágiles (tanto, tanto, que una década tan convulsa como aquella se la meriendan en una hora; hoy, los 70, con su muerte de Franco y su Transición, toda la pesca) y como espectáculo televisivo resulta entretenido. La ambientación y decoración es cuqui (muy de filtro de Instagram) y las situaciones que se dan van de lo gracioso (verles meterse a todos en un Seiscientos y conducir por el Madrid actual) a lo interesante. Por ejemplo, ver a las adolescentes enfrentarse al hecho de que los hombres de la casa son atendidos por ellas permanentemente, para su indignación, versus la abuela de la familia diciendo que a ella le encantaba vivir aquella época y que la añora profundamente.

Sin embargo, aunque el programa ofrecía algunas (muy leves) pinceladas socioeconómicas y políticas, toda la supuesta realidad a la que se enfrenta la familia Vela Celena es extremadamente light y dulcificada, partiendo del hecho de que les han instalado en la vida de una familia bastante acomodada de la época, no el de su equivalente actual. Lo que podía ser un auténtico reto –ver con las verdaderas dificultades con que tenía que lidiar una familia trabajadora de aquella época, o el grado de represión en el que vivían– se convierte en un simple espectáculo televisivo en el que se intuye cierta glorificación nostálgica bastante chunga, que desdibuja cómo era verdaderamente España entonces. La cuestión es: ¿es solo una torpeza en aras del entretenimiento o un esfuerzo intenacionado por mostrar a las nuevas generaciones una realidad alternativa?

Calificación: 4,5/10.
Destacamos: el ritmo del programa hace que sea entretenido; la ambientación de tienda de muebles vintage.
Te gustará si: deseabas que la vida de los Alcántara fuera como la de los Draper.
Predictor: durará dos o tres capítulos más, hasta llegar a nuestros días. ¿O serán tan atrevidos de decirnos lo bien que vamos a vivir en 2030?

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Publicado por
Raúl Guillén