El programa comenzó con una divertida prueba en la que los concursantes tenían que preparar un par de papillas. Bebés de unos 10 meses ejercían de conejillos de indias. A la actriz Patricia Montero, madre de una niña de 2 años, le salió bien y terminó siendo una de las capitanas en la prueba de exteriores. No pudo caer la capitanía en peores manos. Pocas veces se vio un desastre mayor en las cocinas de Masterchef: desorganización y desorden totales, falta de previsión y marranería de tal grado que escamas de pescado escalaban en multitud la olla de los postres. La guarrería rozó los dos rombos cuando los aspirantes tiraron comida sobre Pepe y la capitana optó por probarla de su mano. Ambos están casados.
El equipo contrario tampoco estuvo muy fino, decidiendo marcar la carne más pequeña de la barbacoa una hora antes del servicio. Lograron salir adelante gracias al buen hacer de Silvia Abril y Edu Soto, que a diferencia del «experto en barbacoas en cuatro pisos» de Carlos Baute, sí logró que aquello prendiera de manera apropiada. Pero el protagonista fue Pepón Nieto. No mostró mala mano en la prueba de eliminación, pero en esta se lució tratando un arroz bassmatti como si fuera un risotto pese a las múltiples advertencias del jurado. «Me han dicho que son 7 minutos y lleva 1 hora», se preguntaba compungido. Y aun así lo presentó crudo. Como dijo alguien, «Pepón está mirando el arroz como si fuera una aparición de la virgen».
La primera edición Celebrity nos dejó a Cayetana Guillén Cuervo con más cortes en su cuerpo que un personaje de ‘Hostel‘. Ayer no fue menos. Rápidamente se perdió la cuenta de concursantes que tenían que abandonar las cocinas con las manos ensangrentadas. Parecía que la capitana Patricia, que terminó con un dedo inhabilitado al decidir introducirse una espina en el mismo, se iba a llevar la palma. ¿Pero por cuántas partes de la mano exactamente se cortó Juan Betancourt?
Entre los desastres vistos anoche, no se puede resumir en un solo momento la «revelación» que fue ver «cocinar» a Anabel Alonso. Un verdadero pollo sin cabeza sin norte ni dirección que quiere estar en primera fila en todo momento, pero sin resolver entuerto alguno. Nunca pierde su sentido del humor, lo que ya le ha valido una bronca de Jordi Cruz, pero aquí uno que declinaría pasarse por su casa ni a por un sándwich.
Estos desastres en la cocina garantizan el entretenimiento durante semanas. Además, casi todos los participantes son cómicos o actores y parecen pendientes más bien de decir la mayor ocurrencia que suba su caché un poquito o les proporcione nuevos trabajos. Sobre todos ellos y viendo que Bibiana Fernández va a ser baja más pronto que tarde (ya se perdió la prueba de exteriores por «enfermedad»), la gran triunfadora fue Silvia Abril, cuya vis cómica se evidencia en cuanto aparece en la pantalla. No se la pudo echar de menos durante la prueba de eliminación porque incluso desde la galería llamó la atención.