La temática principal del tebeo es, como indica el título del disco, el consumo de drogas, en concreto en relación con el fracaso artístico y laboral, el acoso escolar y la alienación; algo muy en sintonía con la producción de tipo lisérgico que se ha dado a canciones como ‘Caramelos 6 de julio’ o ‘Minueto del arribista’, que suenan como si a las composiciones más desbocadas de MGMT y Flaming Lips les hubieran inyectado una dosis de canallismo patrio, desde Andalucía a Navarra.
Íñigo Cabezafuego, que ha estado también en Half Foot Outside, Mermaid y Atom Rhumba, entre otros proyectos, ha gestado este álbum a lo largo de varios meses, tras haber terminado «hasta los cojones» de grabar discos de rock’n’roll durante 20 años. Su decisión de «salirse por la tangente» alcanza su cumbre creativa en ‘Busco título’, cinco minutos en los que cabe una primera buena canción pop que parece de Los Planetas clásicos, un puente psicodélico, otro folkie de finales de los 60 o principios de los 70 a lo Vashti Bunyan, una marcha con un coro infantil que grita «¡aburrido!», una segunda buena canción pop en la que, de manera delirante, aparece un estribillo que dice «esto parece una canción de los 80 / nada ocurrente pero efectista y se pega» y una outro que parece como entonada por Ojete Calor.
La lucha con uno mismo por ser original y creativo es otra de las grandes protagonistas líricamente del disco. Se aprecia en esa ‘Minueto del arribista’ que podrían haber escrito los Hidrogenesse de ‘Soy un mystique determinado’ (tenor incluido). Y es que entre bailes de género y cambios de ritmo, el sentido del humor se revela como el verdadero ingrediente fundamental del álbum. Hay cierto humor negro en el estribillo «le pegaba todo Dios / porque era más tonto que un copón» de ‘La balada del irritante’, de nuevo con Cristina Martínez, y humor a secas en la final ‘Motorik Boogaloo’, en la que el debate sobre el kraut con una vecina parece un capítulo de ‘4 en Alicante’. ¿Y qué decir de ese «¿tú quién te crees que eres, el Woody Allen de la música?».
Hay momentos buscados de caos, como la aparición de ‘Thriller’ antes de la cencerrada muy ‘THR!!!ER‘ de la pista final, o ese principio de ‘Telarañas’, en el que parece que te has dejado la radio puesta o una ventana del navegador o de la calle abierta, pero acude al orden de todo esto la brillante melodía de ‘El suplente de los minutos basura’, en la que por una vez Íñigo Cabezafuego relaja su ambición para rendirse a la canción. Quizá no es lo más representativo del disco pero sí lo que sirve para aportar un buen contrapunto en busca del equilibrio que no nos habría dado como final sólo «Motorik».
Cabezafuego actúa hoy sábado 14 de octubre en Monkey Week.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Busco título’, ‘Caramelos 6 de julio’, ‘El suplente de los minutos basura’
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