De Hitler, Badu destaca su habilidad para la pintura, pero cuando el entrevistador le contradice, replicando que Hitler en realidad no era buen pintor, Badu le da la razón y cambia de argumento, explicando que el dictador vivió una infancia miserable, y que eso le hace imaginarse a su hija en otra realidad siendo maltratada en otro lugar, “y lo que ello podría conllevar”… dando a entender que ese maltrato automáticamente convertiría a su hija en la próxima Hitler. “Veo ese tipo de cosas, será que soy Piscis”.
Cuando el entrevistador explica a Badu que eso de ver la bondad de Hitler porque fue un niño maltratado puede que sea llevar el concepto de empatía un poco lejos, convirtiéndolo en una “abstracción vacía”, la cantante afirma que su visión es “clara” y que es consciente que su opinión “no es siempre la más popular”. Sin embargo, el ánimo de Badu cambia cuando el redactor plantea que sus palabras puedan resultar dañinas en la época actual, dándole la razón de nuevo e insistiendo en que no se podría “imaginar hacer daño a alguien”.