Es pronto para decirlo, sobre todo porque RTVE este año se ha adelantado sobremanera y únicamente se han escuchado 4 de las 43 canciones aspirantes a ganar Eurovisión. En muchos casos se conoce el intérprete que va a representar al país, pero no la composición, pues los plazos acaban en marzo. Esto significa que no sabemos cuántas baladas acudirán al festival, y de ellas cuántas llegarán a la final a la que va automáticamente España al ser «big five», de manera que es imposible adivinar si la propuesta de Amaia y Alfred destacará o pasará desapercibida. Únicamente podemos decir que, de momento, la canción no se parece en nada al medio tiempo francés ni al tema jazzy y un tanto Bruno Mars de la República Checa… pero quedan 39 canciones por desvelarse. Aun así, nos aventuramos a tratar de adivinar sus posibilidades, en base a sus precedentes.
‘Tu canción’ es una bonita composición, de intro un tanto ‘Stay’ de Rihanna, fácil de recordar desde la primera escucha, en la que los dos intérpretes cuentan su historia de amor. En contra de lo que se está diciendo, no es necesario haber visto Operación Triunfo para comprenderla: personalmente solo he seguido el formato de manera muy puntual y con muy poca emoción, y desde luego no se me ha escapado el magnetismo que desprenden ambos sobre el escenario. Alfred y Amaia supieron anoche narrar desde el punto de vista escenográfico su historia de amor, dejando un momento mágico que diría que funciona y se comprende perfectamente aunque no se hable castellano, de la misma manera que entendimos las historias detrás de las canciones serbia (2007) y ucrania (2016) cuando ganaron.
El estribillo «siento que bailo por primera vez» es bastante contagioso, y son acertadas las caídas en «yo no puedo… inventarlo». También voy a romper una lanza a favor del aspecto de freak de Alfred a través de su desconcertante expresión, y del vestuario de Amaia, que acaba de defender en rueda de prensa: sería muy decepcionante que los disfrazaran de príncipe y princesa Disney, cuando la magia de su interpretación es la naturalidad.
Finalmente, y ante la avalancha de opiniones sobre dónde quedará la magia de esta pareja de 19 años dentro de 3 meses, seré breve: si para mayo ya no están enamorados, si para entonces les es completamente imposible tener un recuerdo bonito de su relación y de todo lo que les ha pasado y les va a pasar, que lo finjan. Será, dada la naturaleza de la canción que han accedido a cantar, parte de su trabajo. Y después del 12-M… que se vayan a hacer lo que vamos a hacer el resto: bailar ‘Lo malo’.
La composición llega demasiado pronto tras la victoria de Salvador Sobral el año pasado. Esta canción es menos jazz, está más estructurada, es más amable, y definitivamente su referencia parece la banda sonora de ‘La La Land’, lo cual habría estado muy bien… para el año pasado. Este, es una verdadera incógnita cómo puede caer, cuántas canciones «auténticas» y «desnudas» vamos a ver, pero atendiendo a los 250 comentarios del blog de moda sobre Eurovisión a nivel internacional, WiwiBloggs, no parece haber entusiasmado especialmente. Hay comentarios muy positivos y emocionados, pero también otros que acusan cierto parecido -sobre todo en intenciones- respecto a ‘Amar pelos Dois’, y otros sobre el exceso de azúcar o lo olvidable de la propuesta.
Eso sí, no me resisto a recordar este dato: Portugal no fue, durante los meses precedentes al festival de 2017, el país favorito. Lo era Italia, a la postre 6ª. A veces es mejor no ser el favorito ni estar en el foco durante tantos meses… España ronda ahora mismo el puesto 5 en las apuestas, aunque aún no es significativo.
Aparte de ‘Amar pelos Dois’, el precedente claro de esta propuesta es el caso de The Common Linnets. Rumanía llevó en 2010 a una pareja al piano, el uno enfrente del otro, enseguida abandonando el piano para pasar a otra cosa (la música en el festival es siempre en playback desde hace unos años), pero la canción no tenía nada que ver.
Tras la modesta puesta en escena vista anoche, y la paupérrima edición durante el baile de Amaia y Alfred, RTVE tiene que mirar con lupa el espectacular y precioso montaje de Holanda en 2014 (2º puesto), cómo Estonia se trató de copiar en 2015 (quedaron 7º)… y sobre todo tratar de averiguar qué puede aportar escenográficamente 3 años después.
En España rara vez hemos llevado una canción parecida. Lo más próximo que me viene a la cabeza es ‘Algo pequeñito’, ahora ridiculizada por la invasión del escenario de Jimmy Jump y la puesta en escena tan kitsch, pero en su momento un vals muy mono, tradicional, aparentemente comprensible fuera… que topó con una mala posición: puesto 15 (12º para el televoto, 20º para el jurado).
Aunque ese sea el destino de Amaia y Alfred, hay que elogiar a RTVE por haber devuelto la ilusión eurofán al público tras el fiasco del año pasado. Como fue el caso del Año Barei, España quedará fatal, pero al menos el camino hacia la gala va a ser de lo más entretenido…