Ya adelantamos que este trabajo tendría como temas centrales el nacimiento, la muerte y la presidencia de Trump. Voluntaria o involuntariamente, los tres se mezclan en la frase que más se repite de ‘Surrounded’: “history deletes itself”, referencia al ciclo vital y a la vez revisión irónica del “history repeats itself” (desde luego que “la primera como tragedia; la segunda, como farsa”, sí). Ryan Lott, junto a sus comañeros Ian Chang y Rafiq Bathia, podrían haber optado por el patrón “una canción sobre la paternidad, otra sobre la muerte, otra sobre política”, que suele darse cuando tenemos un álbum que quiere abarcar varios conceptos… pero no. Hay algún tema más centrado en uno o en otro, pero, por lo general, los tres conceptos se tocan, se mezclan y se funden. ¿Esto es posible? Sí. Tenemos la frase ya mencionada de ‘Surrounded’ (cuyo final, por cierto, podría ser BSO de ‘The Neon Demon‘ de lo asfixiante que es), pero es algo que inunda todo el trabajo.
El ejemplo más obvio -y no por ello falto de belleza- en este sentido es ‘Young’; también se unen nacimiento/muerte/incertidumbre ante el futuro en ‘Aquatic’, o en la jamesblakesca ‘Slowly’, donde canta Ryan sobre la necesidad de mantener una esperanza aunque falsa, de inventar una “realidad” preferible a la que va sin comillas. Y de la fe ciega en otra persona, sea ésta una pareja, un amigo, alguien que nos ha llevado de la mano desde pequeños, o una referencia velada al populismo de gente como Trump: “slowly lie to me / like you do when you tell the truth (…) and tell me what to believe / and tell me what to deny / and whisper into my ear / till everything dark turns bright”. El punto soul de este corte es una muestra más del carácter diverso de este álbum, donde también hay pop de cámara en ‘All Directions’, mezcla de electrónica y r&b en ‘The Fool You Need’, dream pop en ‘Aquatic’ y coros épicos a lo Coldplay en ‘Dream State’. Esta última puede tener esa interpretación romántica que algunos quieren darle, pero los tiros quizás vayan más por la senda política. “¿Cómo hemos llegado a este punto?” parecen preguntarse, mientras ironizan sobre los supuestos ideales de EEUU (“though we were wide awake / this is a dream state / will we survive in this, our new wilderness?”).
Un tema que se repite, y que une los tres conceptos dichos antes, es el de haberse sentido luchadores en el pasado, y en el presente reflexionar sobre qué tipo de legado están dejando a la siguiente generación. Así, el “old ghost in a young body” de ‘Forty Screams’ puede ser el peso de la Historia, de las generaciones (“la tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos”, que decía Marx justo después de la frase que citábamos al comenzar la reseña). No en vano, la encargada de cerrar es ‘Resurrection’: “watch as the silence and protest fails us / higher than reason and brighter than light / Gravity no longer wins”, dicen en este corte, que va in crescendo hasta su épica mitad, y con un emotivo pasaje final acompañado de un órgano. Con este estupendo trabajo queda claro que Lott sabe, como el propio título dice, sacar brillo a las heridas. Aunque este brillo sea oscuro.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Dream State’, ‘Resurrection’, ‘All Directions’, ‘Aquatic’
Te gustará si te gusta: Radiohead, Wild Beasts, Grizzly Bear, James Blake, ANOHNI, Woodkid, Björk, Perfume Genius, Owen Pallett, Slowdive, Sisyphus
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