En los días posteriores a su salida de Operación Triunfo, tanto Cepeda como Roi (Cepoi) recibían críticas de los espectadores del concurso por ridiculizar la homosexualidad, después de grabarse dándose un pico en la boca o hacerse fotos de broma en las que aparecen agarrándose el trasero el uno al otro. Sus defensores insisten en el carácter humorístico de estas imágenes, pero sus detractores perciben en ellas una clara burla a la homosexualidad, que se produce además desde una posición de privilegio social, al ser Cepeda y Roi heterosexuales. Un tuit en concreto explica: “Hay gente, mucha gente más bien, a la cual denigran, agreden y matan por ser gays. Cepeda y Roi están jugando con su privilegio de machitos cisheteros para hacer el gilipollas sobre algo por lo que a otras personas apalean”.
No hace falta irse a Rusia para comprender que la homofobia sigue instalada en la sociedad moderna, también en una industria de la música que a menudo ha escondido la condición sexual real de sus artistas para no ahuyentar a los fans y en la que las estrellas LGBTQ se cuentan con los dedos de una mano; como tampoco hace falta ser un lince para entender que si el concursante abiertamente gay de la última edición de Operación Triunfo, Agoney, hubiera subido una foto similar con su pareja en sus redes sociales, probablemente habría tenido que enfrentarse a un insulto o dos por parte de una persona homófoba por el simple hecho de ser gay, una realidad de homofobia por la que Cepoi no tienen que preocuparse.
Nadie cree que Cepeda y Roi busquen de manera directa y malintencionada ser homófobos, burlarse de la homosexualidad o que sean malas personas, pero sus “bromas” denotan una considerable falta de empatía hacia la comunidad LGBTQ, a la que por supuesto Cepeda y Roi no deben nada personalmente, pero podría decirse que sí públicamente, ya que los dos son personajes públicos con el poder de transmitir un mensaje importante a sus seguidores. Y el mensaje que da esta polémica foto, además de que la única respuesta posible a las críticas recibidas, en lugar de la autorreflexión, es la provocación, es que la condición “queer” es un disfraz que uno tiene el derecho de vestir libremente con la intención de hacer una broma. Y esto en la época ‘Friends’ o durante la primera edición de OT hubiera colado, pero ya no.