La filosofía «do it yourself» que para bien o para mal caracterizaba al grupo permanece, por tanto, inamovible. Es como si Ataque de Caspa consideraran el amateurismo seña de su identidad y encanto tres décadas después, cuando la clave de que hayan ganado tantos seguidores (sin duda fueron el grupo con más público de todo el Madrid Popfest) no esté tanto en eso como en las canciones.
Por suerte estas siguen sonando tan espontáneas como si continuasen siendo adolescentes o, mejor aún, las hubieran rescatado aún de aquella época. ¿Os imagináis que hubiera un saco sin fondo? En cualquier caso, esa inmediatez se evidencia desde la primera escucha del disco, cuando ‘Frecuencias’ se abre con dos canciones tan directas como son ‘Sistema solar’ y ‘Espejos’. Especialmente la primera se crece gracias a sus 30 segundos finales, elevados por su celestial teclado, terminando por resultar una de sus composiciones más pegadizas.
Y las bazas de Ataque de Caspa no se han quedado ahí. Una de las canciones que más enteros va ganando a medida que avanzan las escuchas es ‘Telón de acero’, la que han dejado para el final. El riff de guitarra que abre es el cruce perfecto entre los Strokes y David Bowie, al tiempo que dota a la canción de un misterio acorde a su título y a su letra. También muy, muy «early Strokes» suena la inmediata ‘Relojes’, beneficiada por su enumeración de distintos improbables relojes, entre ellos uno de Costello en un disco.
La abstracción continúa siendo parte de la gracia de unas letras que no siempre sabes de qué van exactamente, como es el caso de ‘Frecuencias’, ‘Dos palabras’ o la excelente ‘Tostadas’. No sé si su extraño piano como sacado de un medio tiempo romántico de los 70 suma o más bien resta, pero la melodía es tan intachable como irresistible su extraño costumbrismo («he olvidado ducharme esta mañana»), quizá etílico («no sé cuál es tu nombre / ni si eres mi amigo / no me acuerdo lo que hice ayer contigo»). En cualquier caso, el disco también agradece pistas con los pies más en la tierra, como ‘Para’ («tú… venga a darle vueltas / ¿no ves que no hay manera? / ¡Para, para, para, para!») o ‘Siempre’, que parece una canción de ánimo para alguien que no para de caerse, en la estela de Los Fresones Rebeldes, o sea, de nuevo, los mejores Alaska y los Pegamoides. Un grupo de canciones frescas y rápidas que no se ciñe a los parámetros del punk-pop.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Telón de acero’, ‘Tostadas’, ‘Relojes’, ‘Sistema solar’
Te gustará si te gustan: Alaska y los Pegamoides, Los Punsetes, Espanto, Blondie
Escúchalo: Spotify.