En ellos, Jordan suena como si hubiera asimilado a su propia idiosincrasia adolescencia, con sus quereres y pesares, la discografía de proyectos como Bettie Serveert (en lo melódico) o Sebadoh (en lo sonoro), próxima a los trabajos de otras mujeres como Waxahatchee o Girlpool. Tras dejar atrás el pequeño sello independiente (Sister Polygon) en el que las publicaron, Snail Mail se han tomado su tiempo para construir un repertorio sólido y lanzar su álbum de debut en el más potente Matador Records.
Producido por Jake Aron (ingeniero de sonido en los últimos discos de Grizzly Bear, Solange, Beth Orton o Chairlift), ‘Lush’ verá al fin la luz el día 8 de junio. En él, Lindsey se ha apoyado en sus dos compañeros de banda (Ryan Brown, batería, y Alex Bass, bajo, se han estabilizado tras haber cambiado un par de veces) para construir un sonido más pulido y brillante. Pero mejor que explicarlo es escucharlo: ‘Pristine’, con su tramposo lyric-video, demuestra que Lindsey Jordan está, pese a su juventud, muy dotada para escribir y ejecutar canciones con el espíritu del indie rock de los 90.