Música

Flavien Berger, el explorador de ese ente monstruoso llamado música

A sus 30 años, el parisino Flavien Berger se ha convertido en uno de los mayores valores del pop francés, uno de los nombres que pueden perdurar en el marasmo de referentes que van y vienen. Dice su biografía que aprendió a componer música electrónica de manera autodidacta, usando un juego de la primera Playstation llamado ‘Music 2000’, que no deja de ser una caja de ritmos con sintetizadores virtuales. Como consecuencia lógica de esa “economía” de medios, sus primeras canciones, las incluidas en su primer EP ‘Glitter Gaze’ (2014), son largas progresiones de electrónica primigenia, tecno de escuela Kraftwerk y Jean-Michel Jarre.

Poco después llegaría un ‘Mars balnéaire’ en el que por primera vez introducía voces y guiños a ritmos funky algo robóticos, aunque temas como ‘Radio Rover’ se adentraban en territorios ambient, con paisajes dibujados a piano y voz. Eran el preámbulo a ‘Léviathan’, un álbum publicado en 2015 en el que parte de presupuestos similares, ya cantando –principalmente al amor– en cada canción, pero introduciendo nuevos referentes como Suicide (clarísimo en ‘La Fête Noire’, su mayor éxito hasta el momento), la psicodelia decadente a lo Sébastien Tellier (‘Vendredi’) o post-chanson al estilo Katerine (‘Rue de la Victoire’).

Desde entonces, su figura se ha ido acrecentando y se ha situado al frente de ese batallón de nuevos nombres llamados a marcar una época en la escena gala, como L’Impératrice

, Polo & Pan, Agar Agar o Vendredi sur Mer. Este 2018, tras un par de temporadas sin publicar novedades, parece que será el año de su consolidación total, puede que también en un plano internacional: semanas atrás mostraba ‘Arco Iris’, un fabuloso tema a medio camino de la electrónica vintage y los sonidos orgánicos de saxos y clarinetes, cantado en español y firmado junto al miembro de Zombie Zombie Etienne Jaumet. Y el pasado viernes lanzaba ‘Brutalisme’, otro magnético medio tiempo con un ambiente misterioso y también romántico, pero realmente cautivador, ilustrado con un vídeo fascinante que retrata la relación de una mujer y un hombre, digamos… hermético.

Dice la bio que presenta a Flavien Berger que para él “la música es como un monstruo. Hemos estado conviviendo con ella durante años y ha ido creciendo y creciendo, tomando una forma que el ojo humano no puede alcanzar. Yo me siento como un diminuto explorador en ella”. Una imagen preciosa que también muestra la capacidad lírica de un artista que, por suerte, podremos ver en breve por aquí. Su gira española comienza el próximo 24 de abril en Barcelona, en Caprichos de Apolo, prosigue el 26 en Dabadaba de Donosti y culmina el 27 en la Sala 0 de Madrid, abriendo precisamente para Zombie Zombie.



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Publicado por
Raúl Guillén