En otra conversación de 2013 con la revista Time reconocía haber sufrido un ataque de pancreatitis aguda como consecuencia del consumo de alcohol, cuando tan solo tenía 21 años, obligándole a dejar de beber primero y llevándole a presumir en las entrevistas de sus 5 meses sobrio incluso antes de que saliera ‘True‘. Son significativas sus declaraciones en tono jocoso tras actuar en el Ultra Festival en 2015: «he vuelto a Ultra, y no me he puesto malo. No he terminado en el hospital. Ha sido increíble».
«Vivimos en una generación de bullying en internet, es fácil decir algo cuando se es anónimo y parece que nadie lo ve y no se dan cuenta de que lo estás leyendo»
Avicii no tenía exactamente un problema con la fama. Decía disfrutar de la música y de los conciertos. Muy evidentemente le interesaba el mundo de los videoclips y muchos de los suyos permanecen infravalorados, siendo superproducciones en ocasiones desconocidas para el gran público (‘Pure Grinding‘) o con un fortísimo componente social y de denuncia (‘For a Better Day‘). Decía soportar bien las críticas que situaban la EDM como el peor mal de la electrónica o las que simplemente le llamaban exactamente «feo». Pero llevaba mal la parte de la fama que podía involucrar a sus amigos o a su familia, la que podía afectarle a él en lo personal y en lo más cercano. «Me he vuelto más impermeable y ya no me duelen tanto las cosas que dicen, pero todavía soy humano. Así que sí, por supuesto todavía me duele que la gente diga cosas. Vivimos en una generación de bullying en internet, es fácil decir algo cuando se es anónimo y parece que nadie lo ve y no se dan cuenta de que lo estás leyendo», decía en Askmen. Y, por otro lado, algo claramente dentro de su cuerpo no respondió a lo que son las exigencias de la vida de DJ: viajes, fiesta continua, desórdenes alimenticios, la tentación 24/7 del alcohol y las drogas, la vida en un perpetuo fin de semana, los compromisos con las marcas, su labor humanitaria, la inexistencia de tiempo para descansar en tu casa y de verdad. No hay más que recordar que Avicii aparece como paradigma de la mala vida en la letra de su amigo Mike Posner ‘I Took A Pill In Ibiza’: «me tomé una pastilla en Ibiza para demostrar a Avicii que yo era cool».
Cuando alguien muere a los 28 años es inevitable hacer un retrato de su vida trágico. Su familia no va a revelar las causas de su muerte y hay que respetar su privacidad, por lo que hoy quizá nos deberíamos concentrar en recordar que a Avicii le encantaba actuar, sudar la camiseta frente a decenas y decenas de miles de personas y hablaba con entusiasmo y detalle -a diferencia de David Guetta- de cómo preparaba las sesiones, de qué llevaba mezclado y muy meditado con anterioridad («necesito estar 100% seguro de qué va a funcionar»), de qué mezclaba en vivo, de cómo había aprendido en 6 meses a mezclar mucho más rápido, de cómo le gustaba añadir «efectos y cosas» y de qué preparación previa podía permitirle saltar o relacionarse con el público en vivo. En cierta ocasión se equivocó y pinchó una demo de una canción con Sia en lugar de la que quería. Aunque fuera un artista de singles antes que de discos, aunque sus producciones fueran burdas, hay que romper una lanza a favor de la música ideada para hacérnoslo pasar bien sin más pretensiones, la hecha para evadirnos, hacernos sentir vivos y optimistas, realzar nuestras sensaciones de euforia, levantarnos de la silla y hacernos correr más rápido en esta vida en sentido literal y figurado. La música de Avicii puede ser lo que la generación internet quiera o lo que los críticos dijéramos, pero tenía este valor bien agarrado en mano. Su vídeo escrito por Lena Dunham para los Youtube Music Awards de Spike Jonze, por ejemplo, fue increíblemente divertido (no se puede insertar, pero se puede ver aquí), así que hoy toca decir «gracias».
Cuando la EDM se fue a Nashville y Mac Davis (‘In the Ghetto’) tocó para Avicii
Curiosamente, pese a que en numerosas ocasiones el productor indicaba que siempre había oído «todo tipo de música», no creció escuchando música house, género al que se le vinculaba sobre todo cuando no se manejaban conceptos como la EDM, término que a veces le parecía impreciso para su música pero otras reivindicaba, pues últimamente decía que no se había agotado aún. «Sólo empecé a escuchar house cuando empecé a hacerlo yo mismo. Me enganché a hacer música y al house a la vez». Que su padre fuera un gran fan de Ray Charles, que su mánager le pusiera mucho a Mumford & Sons, que le entusiasmaran los instrumentos orgánicos a diferencia de a otros productores de electrónica fueron cosas que marcaron su camino artístico, propiciando que el locutor Pete Tong dijera que «la EDM se iba a Nashville».
Como así fue. ‘Wake Me Up’ y ‘Hey Brother’ fueron pelotazos que en dos segundos superaron el éxito de ‘Levels’, dejando en medio un temazo tan infravalorado como ‘You Make Me’. Avicii no inventó la mezcla de guitarras folk (él no quería llamarlo «country») y electro, pero negar su influencia en el sonido de la primera mitad de los ’10 no es una posibilidad. Y hay quien le dio un valor desde el principio. Recordemos que Mac Davis, el co-autor de ‘In the Ghetto’ y otras canciones popularizadas por Elvis Presley, aparecía en los créditos y llegó a tocar la guitarra con 71 años en otro de los grandes éxitos de Avicii, ‘Addicted to You’. Tras el éxito de estas canciones, la radio primero y las playlists de Spotify después, se inundaron de canciones que alternaban el bombo con una línea de guitarra.
Y sin embargo, era la melodía lo más importante para Avicii. Puede que sus producciones no hilaran nada fino, y que el productor no supiera renovarse como sí lo ha logrado Calvin Harris, que ayer mismo se sumaba otro número 1, o incluso David Guetta, que nos daba una pequeña sorpresa con ‘Dangerous’. Muchas de las canciones de Avicii desde su segundo disco ‘Stories’ parecían no funcionar en las listas de entrada, pero terminaban arrasando en streamings a la larga. Es extraño recordar que la divertida ‘Waiting For Love’, el ‘Friday I’m In Love’ del género, o ‘Lonely Together’ con Rita Ora, no hayan sido número 1 en Reino Unido o ni siquiera top 100 en Estados Unidos, porque sin duda forman parte de la imaginería popular.
Su éxito de largo recorrido ha de tener algo que ver con su sangre sueca y con su sentido de la composición. Avicii reconocía necesitar co-autores para escribir letras, pero se jactaba de tener un don para las melodías: sus canciones resistían la reducción a piano y guitarra por la sencilla razón de que las escribía en el piano y a la guitarra y no con las bases, que venían después. Madonna, en contra de lo que se cree, antes muy clásica para las melodías que una moderna de la vida, vio aquí un filón y todos los que hemos escuchado sus maquetas juntos -aún un debate recurrente, ora cansino, ora apasionante, 3 años después- sabemos que están entre lo mejor que ambos han hecho, terminaran con un buen acabado (‘Devil Pray’) o no (‘Rebel Heart’, ‘Messiah’, ‘Addicted’, ‘Washed All Over Me’). El año pasado, el productor se disculpaba por no haber tenido tiempo suficiente para trabajar con ella, y esperaba poder volver a hacerlo en el futuro. Todos sabíamos que no iba a pasar, aunque desde luego no esperáramos esto.
Mejor salió su colaboración con Coldplay: en su mejor momento de fama, Avicii dio alas e introdujo a Coldplay a la generación streaming, poniendo un granito de arena para que estos dejaran de ser un grupo llenaestadios para treintañeros y algunos adolescentes se sumaran a sus filas de fans también. Evidentemente el grupo de Chris Martin nunca ha conocido horas realmente bajas en popularidad, pero lo cierto es que ‘A Sky Full of Stars’ superó muy holgadamente la fama de los singles del disco anterior de Coldplay ‘Mylo Xyloto’ (‘Every Teardrop Is A Waterfall’, ‘Princess of China’ con Rihanna e incluso la exitosa ‘Paradise’), abriendo el camino para que después terminaran de arrasar junto a The Chainsmokers. Y al margen de los resultados, ‘A Sky Full of Stars’ sigue siendo una preciosa vuelta a la vida, una salida del pozo en medio de un disco maravilloso de desamor como fue ‘Ghost Stories‘, que lograba transmitir toda la euforia que Chris Martin o cualquiera que haya pasado por una ruptura, necesitaba en aquel momento. Seguramente, la mejor canción de Avicii.
«La escena no era para mí (…) Soy una persona introvertida en general (…) Pero ha sido el mejor viaje de mi vida»
Avicii se ha quedado sin colaborar con Adele, que era su sueño, según contaba cuando no era tan famoso, en 2011. Como tantas cosas que le han quedado por hacer. Hoy su carta de despedida de los escenarios de hace dos años, aquella en la que daba su teléfono, es una despedida para sus fans, y también suena a despedida casi cada una de las frases de la entrevista de Billboard de aquel 2016, en la que se refería a su retirada como «la decisión más difícil de su vida». «La escena no era para mí (…) Soy una persona introvertida en general. Fue muy duro para mí, llevaba abordo demasiada energía negativa», decía, hablando del «viaje tan loco» que había emprendido produciendo cuando tenía 16 años y haciendo giras desde los 18. «Cuando miro atrás, pienso: «joder, ¿he hecho esto? Ha sido lo mejor de mi vida en cierto sentido. Pero pagué un precio. Un montón de estrés y ansiedad. Pero fue el mejor viaje de mi vida». Avicii, que parecía entonces ser feliz, y preparaba un disco nuevo, no descartaba volver a actuar tras ser informado de que LCD Soundsystem habían vuelto. «Puedo imaginar un regreso, quizá dentro de 60 años», era la triste frase final de aquel artículo, e insospechadamente también el punto y final de esta historia.