Leon Bridges podría haber hecho un disco igual que el anterior, pero corría el riesgo de que su sonido retro, que se consiguió grabando los temas con equipo de los 50 y 60, perdiera el elemento sorpresa, que es lo que habría pasado. Así que, aprovechando el éxito que aquel álbum consiguió, para su segundo largo, ‘Good Thing’, el cantante de Texas se ha juntado con un productor de Maroon 5 (Ricky Reed) y un compositor de Selena Gomez (Justin Tranter) para hacer un disco más contemporáneo. Y la jugada le ha salido redonda.
Grabado en mayor parte junto a Reed y con las colaboraciones también de sus habituales Niles City Sound, ‘Good Thing’ es un disco de R&B mucho más aventurero que ‘Coming Home’, hasta el punto de que ninguna de sus pistas, un total de 10, es exactamente igual a la anterior. El álbum empieza y termina con una balada, pero mientras ‘Bet Ain’t Worth the Hand’ presenta una pomposidad muy Disney, ‘Georgia to Texas’ es lúgubre y disonante, y a lo largo del álbum la variedad es tal que, cuando durante la secuencia parece asomar un guiño post-punk (Forgive You’) y otro new wave (You Don’t Know’), o cuando ‘Lions’ parece replicar una improvisación de jazz en una taberna de mala muerte, los experimentos resultan totalmente naturales.
Este apertura de miras juega muy a favor de Bridges, un cantante mucho más versátil de lo que las interminables referencias a Sam Cooke que obsesionaron a la prensa (y atormentaron a Bridges) en 2015 nos dejaron ver y que, a través de una voz cremosa y expresiva, a lo largo de ‘Good Thing’ va hilvanando un exquisito repaso por la historia del R&B que se ajusta al talento de Bridges tanto como a su cuerpo esos modelos de alta costura que presume en las sesiones de fotos. Su fuerte son las baladas tiernas, como demuestran la conmovedora balada ‘Bet Ain’t Worth the Hand’, que bien podría ser su mejor canción, la preciosa ‘Shy’ o ‘Beyond’, tan clásica y entrañable como su estribillo “oh me, oh my, I can’t explain, you might just be my everything”.
Ausente ya el buscado efecto vintage de ‘Coming Home’, no hay que olvidar que frente a este proyecto sigue la misma persona y si algo hacía distintivo el estilo de Bridges era su romanticismo sin filtros y muy propio de la vieja escuela. Si en aquel disco nos hablaba de cruzar “el río de Misisipi” para encontrarse con su amor, en ‘Good Thing’ hay pasajes tan cinematográficos como “bésame antes de que me vaya” (‘Bet Ain’t Worth the Hand’) o incluso una referencia velada a ‘La cenicienta’ (‘Beyond’), una canción titulada “Señorita” y otras líneas tan típicas del viejo soul como la que da inicio a ‘Bad Bad News’ (“no tengo dinero, ni una buena educación, pero sí un gran corazón”) o esa en la que Bridges, cual adolescente, recuerda a su chica: “te di mi amor y ternura, te cuidé, y no lo fui pregonando, tu madre no sabía que yo estaba ahí”.
Curiosamente, Bridges busca conjugar ese romanticismo old school con el top 40 americano, y en las entrevistas reconoce abiertamente que pretende jugar en la misma liga de Bruno Mars, Anderson .Paak o Usher (uno de sus mayores ídolos). Aunque ‘Good Thing’ lo sitúa más en el equipo de Aloe Blacc o John Legend (Bridges no es tan moderno), no se puede negar que las incursiones bailables del disco son muy buenas: ‘Bad Bad News’ es irresistible, ‘If It Feels Good (It Must Be)’ crea efectivamente una atmósfera “más caliente que Texas” y ‘You Don’t Know’ se sumerge de lleno, y con éxito, en las pistas de baile de los ochenta, haciendo a Bridges adelantarse varias décadas respecto al sonido de su primer disco. Era el paso necesario, pero Bridges, al contrario que, ejem, Duffy, ha salido de él totalmente airoso, y con ‘Good Thing’ tiene ante él un abanico de posibilidades con el que sorprendernos en el futuro. No cabe duda de que lo logrará.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Bet Ain’t Worth the Hand’, ‘Bad Bad News’, ‘Shy’, ‘Beyond’
Te gustará si te gusta: John Legend, Jamie Lidell, Aloe Blacc
Escúchalo: Spotify